Capítulo XLVII

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Sofocante, así era la sensación en mi pecho luego de llegar al hospital, esquivar a una multitud de reporteros que preguntaban sobre el funeral de mi esposo sin tener piedad por la situación y escuchar comentarios sobre mí o mi bebé.

Me encontraba demasiado preocupada como para hacer preguntas. Necesitaba que alguien me dijere qué estaba pasando con Nicholas, quería verlo y asegurarme de que estaba vivo.

Las paredes blancas e impolutas me estaban mareando y no pude contener el llanto en cuanto los señores Spencer aparecieron por un pasillo. Prácticamente la madre de Nicholas corrió hacia mí con la cara roja y llena de lágrimas mientras el señor Spencer me veía con lástima y le pedía a Ronie que se acercara.

—Jess, hija, ¿cómo estás? —me preguntó, separándose de mí y viéndome de pies a cabeza.

—Ansiosa.

Ella asintió, sorbiendo su nariz.

—Oh Dios, Jess....

—¿Quién les avisó? No entiendo qué pasó y Ronie no me quiere explicar nada—me quejé con la voz rota y me sobresalté cuando sentí una mano en mi hombro.

Al darme la vuelta encontré a un hombre que se parecía mucho a Nicholas.

—Lo siento mucho, Jessica.

—Señor Spencer—respondí, tomando el pañuelo que me ofreció.

—Debes mantenerte tranquila, Jessica. Todo tendrá una explicación y sé que a mi hijo no le gustaría verte alterada. —Entendía que cualquier emoción me podía afectar y eso al bebé, pero mi esposo estaba en un hospital.

—Su hijo también sabría que estoy preocupada por él y nadie me dice qué carajos pasó—respondí irritada, viendo a Ronie con una ceja alzada.

—Él iba en su auto, Jess—dijo y los señores Spencer asintieron.

Observé a la madre de Nicholas enterrar su cara en el pecho de su esposo mientras el rostro del señor Spencer mostraba una profunda tristeza.

—¿Quién les avisó? ¿Ya sabían?

El señor Spencer iba a responder y Ronie tomó mi mano.

—Te llamaron a ti, Jessica. Nicholas te tenía como su contacto de emergencia, pero no respondiste tu celular—respondió su asistente—. Luego les llamaron a los señores Spencer y el señor respondió.

Observé al padre de Nicholas, él seguía moviendo sus manos por la espalda de su esposa y me vio de reojo.

—Le pedí a Ronie que te avisara, Jessica. Mientras tanto me aseguré de que mi hijo recibiera la mejor atención y la policía se encargara de alejar a la prensa y buscar a un culpable si es que lo hay.

—¿Y cómo está?

La señora Spencer sollozó, aumentando mi preocupación, por lo que el señor Spencer la apretó contra su cuerpo.

—¿Puedo ayudarles en algo más? —preguntó Ronie con la voz rota.

—Ayuda a Kate y Jackson con los aviones, Ronie, por favor. —Él asintió y recordé que debía llamarle a mi madre.

Ronie se iba a dar la vuelta y tomé su mano rápidamente.

—¿Puedes prestarme tu celular? Debo llamarle a mi madre.

—Ya saben, Jessica. Tu mamá y tu padrastro vienen en camino—dijo el señor Spencer, besando la cabeza de su esposa.

Asentí y dejé de verlos.

Saber que los brazos que me reconfortaban no estaban conmigo me partía el corazón y aumentaban la necesidad de saber qué ocurría con Nicholas.

—Quiero saber qué pasa con él—murmuré.

Winter love ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora