Capítulo XXVIII

3.9K 184 15
                                    

Evitar a mi madre haciéndome preguntas y dándome charlas que venían de sobra fue imposible. Traté de evitarla, pero era imposible cuando parloteaba sin parar y no sabía en qué pensar. Por una parte, tenía a Nicholas molesto por el pequeño altercado y por otra parte tenía a mi mamá hablando.

—Soy la peor madre que he conocido, Jessica—siguió lamentándose entre lágrimas—. Te dejé sola y sufriste, mi niña.

—Mamá, basta, deja de lamentarte—murmuré sin verla mientras caminábamos por el pasillo que llevaba a mi apartamento.

—No puedo, Jess. Eres mi única hija, te abandoné y sufriste...

—Eso me ayudó a crecer, mamá. Tratemos de ver lo mejor de la situación, ¿sí?

Me di la vuelta para verla con una ceja alzada.

—Tú eres la madura en esta situación. Yo estoy llorando mientras tú me dices lo que yo debería decirte. —Rodé los ojos y saqué las llaves de mi bolso.

Ella siguió llorando y rápidamente abrí la puerta, pero al mismo tiempo las del elevador se abrieron y Nicholas apareció en mi campo de visión. Mi madre entró lamentándose, sin ver hacia atrás.

—Mamá, estaré afuera un rato, ¿sí?

—Sé que quieres estar sola y no me negaré, pero quiero que sepas lo mucho que lo lamento—me dijo antes de perderse en la cocina.

Cerré la puerta diciendo una plegaría para que el papá de mi bebé no me hiciera sentir peor de lo que ya me sentía. Lo vi cruzado de brazos y todo empeoró. Me veía molesto y me acerqué tratando de mantener una expresión serena.

—Hola—lo saludé una vez que me acerqué a él.

—¿De verdad es lo único que me dirás? —preguntó molesto.

—¿Qué quieres que diga? —murmuré con una mueca.

Él suspiró y llevó una mano a su frente.

—Estoy haciendo todo para protegerte y a ti parece no importarte. Te he pedido discreción y no fue lo que obtuve hace horas, Jessica. —Sus ojos eran dagas y el tono que usó no me gustó.

—Fue Rose la que la golpeó, no yo—dije nerviosa.

—Estabas ahí.

—Me insultaron, Nicholas y también al bebé—me defendí, aunque sonó más como excusa—. No me metí en la pelea.

Él rio sin diversión y me vio como un padre a sus hijos.

—Estás embarazada, Jessica.

—No muda, insultaron a mi hijo—me quejé.

—¿Quién?

—La hermana de James.

Él alzó una ceja y apretó la mandíbula.

—¿Esto es por James o por su hermana?

Alcé las cejas y luego las arrugué, dándome cuenta de su suposición sin sentido.

—¿Por James? No seas ridículo—Me crucé de brazos y lo vi llevar un dedo a sus labios.

—Baja la voz—me ordenó entre dientes.

—No me digas qué hacer.

Ambos nos quedamos en silencio. Estábamos enojados, no necesitábamos ser ciegos para notarlo.

—¿Puedes ser madura? ¿Te das cuenta de lo que pudo pasar si ella te golpeaba?

—No soy tonta, Nicholas. Sé lo que puede pasar, deja de repetirlo. No me metí en una pelea por James, fue por mi bebé—dije en voz baja—. No lo van a pisotear como lo han hecho conmigo.

Winter love ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora