6. No más secretos

203 10 0
                                    

Javier mira en los alrededores como si supiera que hay algo que encontrar aquí dentro. Pareciera un perro rabiosos dispuesto a atacar. Un peligroso perro rabioso.

-Una de mis a desaparecido. ¿La tienes tú?-.

Podría ser un poco más amables.

-Oh, por Dios. Yo no la tomé. ¿Acaso no sabes que creo en el control de armas?-.

-¡Espera! ¿Esto es hierba? ¿Has estado drogándote de nuevo aquí?-.

HA encontrado el porro de Natalia. Por alguna razón, siento que Javier podría matarla aquí mismo. Javier lanza el porro al suelo y le da un fuerte pisotón. Natalia se acerca a él con violencia, poniéndose tal vez en un gran peligro voluntariamente.

-Oh, sí. Armas, hierba... Estás jodidamente loco-.

-Estoy harto de tu falta de respeto. ¡Dime la verdad! ¡Es una orden! ¡¿De quién es la hierba!?-.

¿Acaso cree que Natalia es un perro?

Natalia duda. Se mantiene en silencio, dando una confesión evidente, y sólo le sostiene la mirada a ese cretino. Eso le da a Javier la pauta para darle una buena bofetada que hace retroceder a Natalia. Maldito... Juro que voy a...

-¡Oye! ¿Por qué no te metes con alguien de tu tamaño?-.

Mi salida heroica quizá sería un poco más épica si tan solo no estuviera ligeramente aterrada. Javier fija su atención en mí. Natalia sólo me mira con un dejo de gratitud.

-¿Qué haces tú aquí, Reche?-.

-Eso no es de tu incumbencia. No eres más que un guardia de seguridad de pacotilla. Y sólo para que estés informado, te diré que ese porro no es de Natalia. ¡Es mío!-.

¿Qué mierdas acabo de hacer?

Natalia sólo nos mira alternativamente. Debe estar tan aterrada como yo.

-Vaya, vaya... No me gustan los extraños en mi casa. Especialmente los que se drogan. Así que tal vez debería llamar a la policía. Apuesto que esto arruinará tu impecable registro en Optopus Thory. Estoy harto de que los perdedores arrastren a Natalia hacia abajo. Estoy seguro de que sólo estás aquí para causar problemas. Como esta tarde. No tienes nada inteligente que decir ahora. ¿Eh?. ¿Lo tienes? ¡¿Eh!?-.

Se acerca a mí como una bestia que lanza mordidas al aire. La duda se refleja en mí momentáneamente, pero no tengo oportunidad de responder. Me obliga a retroceder como un cachorro asustado. Él me da un par de golpes en las mejillas para obligarme a responder.

Natalia detiene a Javier antes de que él de un paso más y le da un empujón en los hombros. Y está enfurecida.

-¡Déjala fuera de esto, idiota! ¡Deja de acosar a mis amigas!-.

Natalia se coloca entre nosotros. De pronto, me siento protegida.

-Tú no tienes amigas, Natalia-.

-Como si tu lo supieras. ¡Ni siquiera eres un puto policía de verdad!-.

-Yo era un soldado, Natalia. Y Alba, si te veo aquí de nuevo, aprenderás lo que son los verdaderos problemas-.

Envalentonada por la presencia de Natalia, sólo puedo cruzarme de brazos y retarlo con la mirada a que dé si quiera un paso más hacia nosotras. Al final, se rinde y sale de la habitación pegando un portazo detrás de sí. Natalia sonríe con aire triunfal y le dedica una peineta (🖕🏻) con ambas manos.

Esto ha sido intenso.

A Natalia parece no importarle la bofetada que recibió. Parece estar eufórica.

Nefelibata 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora