Me sorprende haber llegado a la puerta de la casa de los Lacunza. Me sorprende no haber llevado el coche al barranco para saltar y dejar al fin esta maldita existencia en la que sólo estoy para causar desgracias, y para joder a las personas que me importan. Alguien tendría que detenerme. Alguien debería encerrarme en un maldito manicomio para evitar que siga hiriendo a más personas. Alguien tendría que arrancarme este maldito poder, este maldito don, si con eso puede asegurarse que nadie más morirá por culpa mía.
No estoy segura se lo que estoy haciendo aquí. No sé qué es lo que pretendo. No sé cómo explicaré ante Natalia que ya no habrá días de campo con Noelia y Sabela, pues... e-ellas...
Tengo que limpiar mis lágrimas.
Sólo necesito encontrar una manera de resolver todo esto... ¿Podría ir al dormitorio de Noelia, buscar una foto y volver en el tiempo para advertirle de lo que pasará? ¿Cuáles serían las consecuencias si decido interferir más en el pasado? ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Me siento un tanto indignada de que Mikel abra la puerta de la casa para recibirme con esa cálida sonrisa tan propia de él. Y tengo que avanzar a toda velocidad a través del recibidor, pasando de largo frente a la puerta de la cocina para evitar llamar la atención de Mamen. Parece que Mikel no se ha percatado de que mis ojos están cubiertos de lágrimas. Y eso es bueno, pues no tengo que dar explicaciones difíciles. Tal vez debí pensar en una coartada antes de venir aquí.
-Natalia está en su habitación, Alba. -Me dice Mikel. -Tal vez ella esté un poco indispuesta. Ya le hemos dado su dosis matutina de morfina-.
-¿M-morfina...?-.
En cuanto nos escucha hablar, Mamen sale de la cocina para recibirme y es ella quien coge la palabra.
-Sí, Alba... Natalia suele despertar con un poco de dolor de cabeza. Estará bien-.
¿Un poco? ¿Qué clase de dolor de cabeza puede curarse sólo con morfina?
-¿P-puedo verla?-.
Ambos asienten y vuelven a lo suyo, dejándome la vía libre para avanzar hacia la nueva habitación de Natalia. En cuanto ella me ve entrar, sonríe de oreja a oreja. Luce tan.... insignificante tumbada en esa maldita cama.
Nat...
-Hola, Albi-.
No llores, Alba.
No enfrente de ella.
-H-hola... ¿Cómo te sientes? Tus padres me han dicho que tenías dolor de cabeza-.
-Un poco... Pero ya estoy mejor. ¿No me ves? Ya estoy totalmente bien-.
Eso me hace soltar una risita nerviosa y estúpida.
-¿Has llorado? -Me pregunta-.
-N-no... Sólo estoy un poco cansada-.
-Puedes irte y echarte una siesta. Parece que lo necesitas-.
Lo que necesito es una maldita arma para... para....
-Estoy bien... M-mis amigas hoy están... ocupadas. A-así que soy toda tuya. ¿Qué te gustaría hacer?-.
Natalia sonríe.
Al menos eso puedo hacerlo bien.
-Bueno... E-espero no parecer demasiado emo, pero... C-creo que hoy me apetece ver algunas fotos...-.
La ilusión brota de sus ojos. ¿Cómo puedo negarme a hacer cualquier cosa que ella pida? Se lo debo, después de todo.
Pero... A pesar de eso, me siento agradecida por saber que ella aún está conmigo.

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Nefelibata 「Albalia」
Mystère / ThrillerMi nombre es Alba Reche. Tengo Dieciocho años. Recientemente he vuelto de la gran ciudad. después de cinco años, he vuelto al lugar donde crecí. Elche. Estudio Fotografía en la escuela Optopus Thory. Mi nuevo hogar. ¿Que pasaría si pudiera cambiarlo...