55. Perdóname, Alba

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Mierda... ¡Rebobina, Alba!

Levantar mi mano es una misión casi imposible y el dolor en mi cabeza es cada vez peor conforme las cosas comienzan a regresar al sitio en el que estaban hasta hace unos segundos. Me gustaría volver hasta el momento en que escuché su voz, pero no puedo más. N-no puedo más... Cuando me doy cuenta, estoy de nuevo sentada en la silla de madera y sintiéndome cómo se impacta el trípode contra mi cara.

No dejes que te gane en estos momentos, Alba.

¡Hazlo por Joan!

No sé dónde es que he sacado las fuerzas necesarias para agarrar las piernas de Guix entre las mías, haciéndolo caer al suelo.

Eres mío, Pedazo de mierda.

La silla rota es de utilidad para coger lo que antes era un apoyabrazos y utilizarlo como arma contundente para pegarle la cabeza de Guix un par de veces. Sin embargo, él vuelve al ataque y se prepara para dispararme.

-¡Alba...!-.

De un momento a otro, Joan ya está intentando sujetar los brazos de Guix. Lo domina el tiempo suficiente para pegarle un puñetazo en el estómago y lanzarlo hacia esas luces costrosas que caen sobre él. Joan coge el arma y apunta con ella hacia la cabeza de Guix, a la par que extiende un brazo frente a mí para protegerme mientras yo lidio con el sangrado que ha dejado el golpe del trípode.

Costosamente, Guix se levanta y avanza hacia atrás.

No escapa. Tan sólo está acechando.

-Joan Garrido... -Dice Guix con auténtico odio, y entre jadeos a causa de su respiración agitada. -¿Cómo mierda...?-.

-¿Cómo fue que sobreviví? -Ataca Joan con valentía. -¿Quieres que Alba escuché cómo es que tú intentaste eliminarme a mí, a Javier y a Damion?-.

¿Qué...?

Nat... ¿Dónde está Natalia...?

-Te crees muy valiente, ¿verdad? -Se burla Guix. -¿Qué vas a conseguir con todo esto, niño? Nadie tiene idea de lo que está pasando aquí. Y puedo asegurarme de sacarte del camino, aún cuando yo me quede sin mi modelo estrella y tú pierdas a la zorra que te estás follando-.

¿Qué...?

-Eso no pasará. -Asegura Joan. -Ahora que sé la verdad, no descansaré hasta que seas tu quien pague por lo que pasó con Noelia, Sabela y Natalia-.

N-no... ¡Nat...!

-No tienes huevos. -Sonríe Guix con malicia. -Aún cuando creas que eres valiente por sostener un arma, no eres lo suficientemente hombre para disparar. Sólo espero que todas mis cámaras de seguridad realmente puedan ayudarme a... capturar el momento-.

Guix actúa velozmente, cogiéndonos por sorpresa. Abre las puertas del armario que tiene detrás para coger un arma, apuntar hacia nosotros y tirar del gatillo. El sonido de la detonación me ensordece, aunque también me ayuda a levantar la mano y hacer un inhumano esfuerzo para congelar el tiempo. La bala se detiene cuando está justo frente a mí, en la posición exacta para atravesar mi cráneo.

M-mi corazón duele, pero tengo que seguir esforzándome...

No puedo evitar deshacerme en un alarido de dolor cuando invoco a mis poderes para hacer que el tiempo retroceda, hasta que Guix está a dos pasos de distancia del armario cerrado. Y en cuanto el tiempo retoma su curso y todo vuelve a la normalidad, siento que pronto me desmayaré. M-mi cabeza... M-mi nariz...

-Eso no pasará. Ahora que sé la verdad, no descansaré hasta que tú pagues por lo que pasó con Noelia, Sabela y Natalia-.

Guix da un paso hacia atrás.

Nefelibata 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora