17. ¿Revelar Secretos?

94 5 0
                                    

A Natalia no le gusta la idea de conducir hasta la playa para reunirnos con Joan. No he visto aún sus mensajes, pero en realidad creo que ya no vale la pena hacerlo. Si el coche de Joan ya está a la vista, ¿Por qué responder ahora?

En cuanto nos ve aparecer, Joan sonríe de oreja a oreja y camina hacia el sitio donde Natalia aparca la camioneta. Me recibe con un abrazo en cuanto salgo del coche. Natalia sólo camina hacia nosotros, aislándose y cruzándose de brazos.

-Alba. -Dice Joan cuando nos separamos. -¿Qué te ha pasado en la cara?-.

No me pasa desapercibida la manera en la que Natalia lo fulmina con la mirada cuando él pretende examinar el golpe que me ha dejado Javier después de nuestra pequeña batalla campal. El ardor que me causan los dedos de Joan me obliga a alejarme de él.

-No es nada. -Le respondo. -¿Te hemos hecho esperar?-.

-No en realidad. -Dice él sin dejar de mirarme como si supiera que estoy ocultando algo. -Pero, ¿Has visto esto? El agua se ha vuelto loca-.

Joan tiene razón. Sólo cuando él lo dice, Natalia y yo podemos darnos cuenta de que la marea de hoy es un tanto agresiva. Las olas golpean la orilla con fuerza. Aún hay un atisbo de electricidad que se transmite mediante el ambiente.

La tormenta está cada vez más cerca.

-Esto es similar a la nieve y al eclipse. -Dice Natalia. -Elche se está yendo a la mierda-.

-Es como si fuera el fin del mundo. -Asiente Joan. -Cuando llegué a casa ayer, vi tantos pájaros muertos en la calle que creí que estaba dentro de una película de terror. Alba, ¿Por qué querías que nos viéramos hoy? ¿Pasa algo?-.

Es como si él quisiera terminar pronto con esto. Y tal vez esa actitud se deba a que Natalia no ha dejado de mirarlo como si lo hubiera detestado durante toda su vida. Para ella debe ser difícil aceptar que quiero compartir mi secreto con Joan... ¿Realmente quiero compartir mi secreto con Joan?

No puedo decidirlo de esa manera. Y de non haber tenido este momento de lucidez, quizá habría cometido un terrible error. Después de todo, ¿Cuántas personas lo aceptarán de la misma manera que Natalia lo ha hecho? Si le digo a Joan que tengo algún control sobrenatural sobre el espacio-tiempo, seguramente creerá que he enloquecido.

Pero después de lo que sucedió con Sabela y de la manera en la que él reaccionó al ver lo que sucedió con el tiempo alrededor de nosotras...

Mierda. ¿Qué hago ahora?

¿Decirle la verdad a Joan?

¿Ocultarle la verdad a Joan?

Piensa, Alba... ¿Qué decidirás ahora?

-Joan, yo... Hay algo que tengo que contarte-.

-Es lo mismo que querías decirme antes de que llegara Miki hace unos días, ¿No?-.

-S-sí... Pero... Joan, de nuevo tengo que pedirte que mantengas esto en secreto. Nadie más que nosotras puede saberlo, ¿Entendido?-.

-Te lo dije, Alba. No se lo diré a nadie. Soy una tumba-.

Eso no le gusta mucho a Natalia. Ella sólo pone los ojos en blanco y echa la cabeza hacia atrás, quizá buscando un poco de autocontrol para evitar saltar sobre la cabeza de Joan.

Es hora, Alba.

Dos cómplices siempre pueden ser mejor que uno.

-Joan... Esto te parecerá una locura, pero...-.

-Dada de lo que digas sería una locura-.

Natalia suspira con exasperación y se mantiene en silencio.

Nefelibata 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora