37. ¿Confías en mí?

90 4 1
                                    

La caravana de Damion está aparcada en la playa, cerca de donde están esas ballenas encalladas. Hay algunas gaviotas igualmente muertas sobre la arena. Y si miro hacia el horizonte, a pesar de que no haya nada relevante allí, puedo imaginar a ese gigantesco tornado avanzando hacia la ciudad. La electricidad ya se siente en el aire. Y el hecho de que Natalia oculte el arma en la parte trasera de sus pantalones antes de buscar el dinero para poder pagar a Damion me hace sentir escalofríos. Creo que ahora sólo podré pensar en Sabela cada vez que vea un arma.

-¿Cuál es el plan?. -Me pregunta Natalia-.

No mataremos a nadie. Eso está decidido.

-Le pagarás a Damion lo que le debes. Y cuando tengas su atención, hablaremos con él sobre lo que sabemos hasta ahora-.

-¿Te refieres a las ecografías?-.

-No. Me refiero a lo que encontramos en el despacho de Noemi-.

-¿Eso de qué serviría?-.

-Tal vez Damion pueda ayudarnos a darle un sentido a toda esa información crítica. Y si no puede hacerlo, al menos podríamos asegurarnos de que nos ayude a descubrir lo que está pasando-.

-De acuerdo. En marcha-.

Ambas bajamos del coche y caminamos directamente hacia la caravana de Damion, del que brota el sonido del amortiguado ladrido de un perro. Natalia comparte conmigo una mirada de complicidad antes de llamar a la puerta de la caravana. Damion aparece al instante, mirándonos con auténtico desprecio.

Esto no será fácil.

-Vaya, vaya... Pero si son Zipi y Zape. ¿Qué es lo que queréis?-.

No estoy segura de si esa actitud se refiere a que él sabe que hemos entrado a registrar su caravana, o si acaso es su humor habitual.

Natalia duda en un primer momento, pero termina por aceptar que debe entregar el dinero. Damion lo coge de forma dudosa y se dispone a contar cada billete.

-Impresionante. -Concede él. -Por un momento creí que tendría que recurrir a otros métodos para hacer que me pagaras-.

-Soy una mujer de palabra. -Alardea Natalia. -Ahora estamos en paz-.

-No, en realidad. Pero esto es un buen comienzo-.

-Y ahora que tengo tu atención, Damion... Hay algo que Alba y yo queremos decirte-.

Directa y poco sutil.

Esa es mi Nat.

-¿Cuánto quieres?. -Pregunta él-.

-No queremos drogas. -Responde Natalia cruzándose de brazos. -Tenemos que preguntarte un par de cosas-.

Damion se queda callado un minuto entero para considerar su respuesta.

-¿Y por qué querría contestaros? Ya sabéis suficiente sobre mí, ¿O no?-.

-Esto no se trata sobre ti, Damion. -Intervengo. -Necesitamos tu ayuda-.

-Pues yo no quiero ayudar a Natalia. Ya me ha causado bastantes problemas. Y tú intentaste dispararme, ¿Lo olvidaste?-.

-Oye, déjala tranquila. -Espeta Natalia con violencia, asegurándose de que Damion deje de avanzar hacia mí. -Ella no te habría intentado disparar si tú fueses menos impulsivo-.

-Sea como sea, no quiero saber nada de vosotras. Salid de mi vista-.

-Damion, por favor. -Le digo cogiéndolo por el brazo para detenerlo antes de que él se oculte en su caravana. -Es sobre Noelia-.

Nefelibata 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora