51. No es momento de negociar

82 5 0
                                    

Natalia POV

Todo se ha salido de control a causa de los disparos. Algunos chicos del Club Vikingos han subido al escenario para buscar cualquier señal de vida en África. Pero para mí, basta con ver su mirada vacía y sus ojos sin brillo para saber que de ninguna manera podrán ayudarla.

Los disparos aún se escuchan por fuera, por lo que nadie se atreve a salir de este sitio. Muchos han optado por esconderse, agazapándose detrás de cualquier cosa que sea lo suficientemente gruesa como para protegerlos de las balas.

Joan pretende hacer lo mismo, pero no lo conseguirá mientras yo esté aquí.

-Vamos, Joan-.

Debo sujetar su mano con fuerza para evitar que él se quede atrás. Apenas puedo escuchar el grito ahogado que suelta en cuanto se percata de que he sacado el arma que le robé a Damion, y que no estoy dispuesta a esconderme.

Tras pasar entre la marabunta de imbéciles que no pueden entender cuando les pides que se muevan, llegamos al exterior. No pasan ni dos segundo antes de que una bala se incruste en la pared, justo a un lado de Joan.

-Mierda-.

Joan cae de bruces cuando lo obligo a resguardarse. Me mira aterrado, como si con eso pudiese resolver algo.

Idiota.

También yo estoy acojonada, pero eso a nadie le importa una mierda.

-¿Qué hacemos, Natalia?-.

Joan habla en voz baja. La forma en la que presiona mi mano para contener sus temores me saca de mis casillas. Maldito cobarde.

-Tenemos que ir a buscar a Damion. Si Guix está aquí y Miki no, significa que Miki está en el Cuarto Oscuro. Si logramos distraer a Guix el tiempo suficiente, podríamos ir a buscar a Alba y..-.

-Miki es peligroso-.

-Yo también lo soy-.

Lo obligo a levantarse. Y espero a que el tirón que le he dado baste para hacerle entender que detesto que me interrumpan cuando estoy proponiendo mis planes. Pero, ¿Qué más puede hacer ese idiota? No aporta una sola idea. Su plan de confrontar a Guix en la fiesta sólo ha causado este tiroteo. Guix contra Javier. Sus balas vuelan desde cualquier sitio, cada vez que sienten la necesidad de defenderse. Javier se mantiene cerca de la salida, impidiéndole así a Guix que se acerque.

Lo que no puedo entender aún es... ¿Por qué Guix actúa de esa manera?

¿Eso tendrá algo que ver con el hecho de que hubiera fotos de Javier y Sabela en el Cuarto Oscuro?

¿Será parte de la coartada de Guix?

N-no lo sé...

N-no puedo pensar...

-¡Natalia!-.

Esa voz es la de Damion, que hace que una luz se encienda en mi interior. Ni bien llama mi nombre, consigue escabullirse para colocarse en cuclillas a un lado de nosotros. Está ileso, a pesar de que en su mano lleva su propia arma.

-¿Te encuentras bien? .Le pregunto-.

No es que me importe, ni nada parecido.

La balas siguen volando por encima de nuestras cabezas.

-Todo está bien. -Dice Damion. -Tenemos que salir de aquí, Natalia. Si alguien llama a la policía, nos culparán de todo esto-.

Mierda...

-Odio admitirlo, pero... Tienes razón... Damion, escucha. Creo que Alba ahora mismo puede estar con Miki, en el Cuarto Oscuro. Tenemos que irnos ahora que Guix está distraído-.

-Vale... Ven conmigo, yo os llevaré hasta el coche-.

-¡Esperad un momento! -Dice Joan. -¡No podemos salir así! ¡Esa bala podría darnos a nosotros!-.

-Estando en movimiento es menos probable que una bala te mate, idiota. -Le espeto furtivamente. -¡No podemos quedarnos aquí, de esta manera! Alba nos necesita-.

-El tiempo corre. -Asiente Damion. -¡Andando, antes de que alguien llame a la policía!-.

Me coge de la mano, y yo hago lo mismo con Joan, para arriesgarnos y salir a campo abierto. Sé perfectamente cómo funciona esto. La idea es mantenernos siempre en movimiento para evitar que cualquier bala puedo darnos en un punto crucial. Damion y yo tenemos que disparar un par de veces en contra de Guix para asegurarnos de que él no pretenda atacarnos mientras estamos vulnerables. Es así como finalmente llegamos al coche y Joan sube a toda velocidad al asiento trasero, donde yo me encargo de dejarlo resguardado en el fondo. Pero ni bien me he incorporado para escuchar las instrucciones de Damion, siento que un par de manos masculinas me cogen por los hombros para hacerme retroceder.

Damion dirige su arma hacia algún punto justo detrás de mí, al mismo tiempo que una de aquellas manos me coge por el cuello para obligarme a levantar mi cabeza. El cañón del arma de esa otra persona se coloca sobre el lado izquierdo de mi cabeza. De alguna forma me ha dejado totalmente inmovilizada. Casi puedo escuchar la sonrisa sádica de Manu Guix, justo detrás de mi oreja.

-¡Suéltala!-.

Javier viene hacia nosotros a toda velocidad, deteniéndose a un lado de Damion para apuntar con su arma hacia el tío que aún me mantiene atrapada. A través del rabillo del ojo puedo ver que Joan mira la escena desde el interior del coche, moviéndose discretamente para situarse en el asiento del conductor.

El terror ya comienza a apoderarse de mí.

¡No quiero morir aquí!

¡Javier, maldita sea, haz algo!

¡Ayúdame!

-Ya ha sido suficiente, señor López. -Dice Guix, y su voz logra causarme escalofríos ahora que sé toda la verdad. -Bajad las armas, si no queréis que meta una bala en la cabeza de tu hija-.

J-Javier...

P-por favor...

-Suelta a Natalia, y bajaremos lar armas. -Dice Javier. -Tú mismo te has delatado, Guix. La directora Noemi sabrá lo que has hecho. Y si no nos dices en dónde está Alba Reche, las autoridades no tendrán nada de ti que puedan llevarte a prisión-.

No es el momento de negociar con él, idiota.

-Lo que pasó con Alba Reche ha sido tan trágico como lo que pasó con Sabela Ramil. Tranquilo, señor López... Les diré a todos en Optopus Thory la verdad. Les diré que encontré a Alba en su habitación, muerta por una sobredosis que una punk causó gracias a sus malos consejos. Diré que Alba estaba deprimida por haber perdido a Sabela, y que hice todo lo posible para ayudarla. Pero no pude hacerlo. Diré también que lo que pasó aquí fue culpa de Natalia Lacunza. Con su historial, no será difícil creerlo. Así, todos en Elche sabrán que el vigilante de la academia Optopus Throy murió en un tiroteo que empezó su hija, quien al parecer estaba follándose al camello de la academia... Créame, señor López... Optopus Throy sabrá toda la verdad-.

Ya no hay marcha atrás.

Sólo puedo cerrar los ojos en cuanto escucho que alguien presiona el gatillo.

E-esto no puede terminar así...

A-Albi...

Nefelibata 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora