27. Otra historia de Noelia

86 4 0
                                    

El flash no deja de sonar. Las luces me ciegas. La mano de Manu Guix aún sujeta mi cuello, aprovechando los segundo para acariciar el lóbulo de mi oreja con su aliento. Y aunque quisiera salir de aquí, no puedo hacerlo. No puedo escapar. Mis piernas no responden. No importa cuántas lágrimas broten de los ojos de Ángela. No puedo hacer nada para detenerme. No puedo...

-Manuel. -Llama Miki alarmado, dejando a un lado la cámara de video para colocarla sobre el trípode y así tener ambas manos libres. -La dosis. Los movimientos de Ángela son cada vez más firmes-.

-Ve a la bodega. -Responde Guix. -Hay una última dosis preparada. Es todo lo que nos queda-.

Miki se aleja a toda velocidad. La mano de Guix se cierra con más fuerza sobre mi nuca, hasta que la mano de Ángela coge con fuerza mi tobillo. No parece importarle en absoluto su desnudez. Tan sólo quiere ayudarme a recobrar la cordura.

Ángela...

-¡Date prisa, Miki!-.

Miki vuelve cual león y somete a Ángela para intentar inyectar esa última dosis de drogas en su cuello. Pero Ángela encuentra dentro de sí las fuerzas para resistirlo. Consigue levantar una mano con la que pretende abofetear a Miki. Él aferra su muñeca con tal fuerza que la piel de Ángela queda marcada. Ángela solloza en voz baja. Quiero que esto pare...

-¡Manuel, ayúdame!-.

Ángela se retuerce debajo de Miki, quizá siendo ayudada por su instinto de supervivencia. Lanza una patada a su entrepierna, haciendo que Miki retroceda y cubra esa parte de su cuerpo con sus manos. Sollozando con más fuerza, Ángela consigue arrastrarse para estar lejos de él. Al menos, durante un instante. Limpia su sudor con el dorso de su mano y busca mi mirada con aire suplicante.

-A-Alba... Por favor...-.

La detonación del arma es ensordecedora. Puedo sentir cómo se contraen mis pupilas. La sangre salpica sobre mi rostro y Ángela se desploma de espaldas, con esa herida de bala que atraviesa su cabeza justo por la mitad. La sangre comienza a encharcarse debajo de ella. Mis manos comienzan a temblar. Mi voz me ha abandonado por completo. De lo contrario, ahora mismo podría deshacerme en un alarido de terror.

Guix baja el arma lentamente, para luego lanzarla sobre el sofá y limpiar la sangre que salpicó sobre mi rostro. Acto seguido, le da un tirón a mi pelo para hacerme inclinar mi cabeza hacia atrás. Una lágrima solitaria brota de mis ojos.

-Termina la sesión. -Me dice. -Ahora-.

¿Por qué?

¿Por qué no me mata a mí...?

¿Por qué...?

-Alba....-.

El flash vuelve a escucharse, sólo porque me aterra pensar que esa arma pueda dirigir su cañón hacia mi cabeza. Trago saliva, intentando que mi miedo se vaya sin conseguirlo realmente. Miki sólo dirige el objetivo de la cámara hacia el cuerpo sin vida de Ángela. ¿Cómo puede alguien se tan despiadado? ¿Cómo...?

-Alba, despierta...-.

El sangrado es abundante. La mirada de Ángela está vacía. Es increíble cómo puede convertirse en nada al pasar tan sólo un segundo.

-¡Alba!-.

Una fuerte sacudida me devuelve a la realidad, haciendo que me incorpore a tal velocidad que mi espalda lo resiste. Mi cabeza lanza una punzada de dolor. Y cuando en mi mente aparece por un breve instante la imagen del tornado, un hilo de sangre brota de mi nariz. Apenas tengo tiempo de limpiarme, pues el rostro de Noelia no tarda en aparecer frente a mí.

-Alba, ¿Ten encuentras bien?-.

-¿Q-qué...? ¿Qué ha pasado...?-.

-Estaba hablando en sueños. Por un momento creí que estabas teniendo un ataque-.

Nefelibata 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora