29. Lágrimas Poderosas

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Después de todo lo que ha pasado en un solo día, incluso me parece un tanto ilógico e inapropiado llamar a Nat para confirmar que nos veremos hoy. Sé que se lo prometí, y sé que la invité a pasar un día con nosotras, pero no me parece que sea correcto desviarnos del tema ahora que hemos dado con la información verdaderamente importante. No importa cuándo lo intente, no puedo olvidar lo que vimos allí... En el cuarto oscuro. El archivador con el nombre de Iciar, las fotos de Nat cuando era tan sólo una niña, el hecho de que África sea la siguiente... y que después de ella, Noelia y yo encabezáramos la lista negrea de Guix y Miki. Tiene que existir alguna manera de ligar todo esto con nuestra visión del tonado. No puede tratarse de una simple casualidad. No puede... ¿Y cómo puedo relacionar todo esto con lo que sucedió en mi propia línea temporal? ¿Será que Noelia en realidad está...?

-Te gusta mi habitación, ¿Eh?-.

La puerta se abre de golpe. O quizá sólo yo lo percibo como un sobresalto que me acelera el corazón, pues estar en el Cuarto Oscuro me ha puesto la piel de gallina.

Sabela y Noelia están aquí, llevando algunas cervezas y un par de pizzas humeantes. Quiero suponer que esta es la manera en la que Noelia pretende controlar su ira, que no ha desaparecido del todo y que nunca se esfumará después de lo que hemos visto.

-L-lo siento, yo...-.

-Tranquila. Te lo dije antes, Alba. Lo que es mío, es tuyo-.

Cada vez me cuesta más detestar a Noelia tanto como solía hacerlo. Y sé que el hecho de que comience a sentir cariño hacia ella no valdrá nada si consigo volver a mi propio tiempo. Nada me asegura que en ese tiempo ella haya sido la misma chica amigable, graciosa y atrevida que es aquí.

-¿Te encuentras bien, Alba?. -Pregunta Sabela inclinándose hacia mí para verificar con sus manos que yo no tengo fiebre-.

Asiento distraídamente y me incorporo sobre la cama, sintiéndome un poco aturdida y exhausta.

Ha sido un día difícil...

-¿En dónde estabais? -Les pregunto. -Ni siquiera me di cuenta de que vosotras habíais salido-.

-Hemos ido a comprar el almuerzo. -Responde Sabela esbozando una sonrisa de oreja a oreja-.

-En realidad, ha sido idea de Sabela -Dice Noelia encogiéndose de hombros y cerrando la puerta para que nuestra privacidad sea total. -Yo aún quiero ir a meter un par de balas en el culo de esos inútiles-.

-Basta, Noe. -Suplica Sabela. -Esto podría ser más peligroso de lo que imaginas-.

-Y una mierda. -Se queja ella indignada. -¡Tenemos las pruebas para hacerlos pagar por lo que te han hecho! ¡Y por lo que le han hecho a Natalia!-.

Una punzada de celos de apodera de mi corazón en cuanto escucho la forma en la que ella defiende a Natalia.

-Estás olvidando algo importante. -Dice Sabela, quien pareciera ser la voz de la razón en estas circunstancias. -¡Guix y Miki también te quieren llevar a ese sitio! Noe, por favor...-.

-Noelia. -Llamo yo, en un vano intento de hacerla entrar en razón. -Piénsalo por un momento, te lo suplico. Hay algo más en todo esto que no estamos viendo-.

-¿De qué hablas, Alba? -Se queja ella-.

-El tornado, Noelia. El cuarto oscuro debe relacionarse con el tornado de alguna manera-.

-Tal vez la visión que ambas tuvisteis no sea tan... literal. -Propone Sabela un tanto insegura. -¿Qué nos asegura que ese tornado es, en realidad, algo más oscuro que un desastre natural?-.

-Eso no explica la nevada. -Le espeta Noelia. -La marea, la tormenta eléctrica...-.

Noelia está enfurecida, y no tiene ningún reparo para hacerlo notar con su manera de tartar a Sabela. Eso convierte nuestra discusión en algo mucho más incómodo.

Nefelibata 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora