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Abrí mis ojos asustado, creyendo que esto era una mala pasada de mi cerebro y sentidos. Pero no, lo era. Era él, en carne y hueso.
Kim DongYoung. La persona que me llevó a mi más fría depresión. El único hombre del que tenía miedo. La persona que arruinó mi vida intencionadamente y casi asesina a la única familia que me queda.
- Hace tanto que no nos veíamos, ¿no es así?
Su rostro burlesco, pálido a más no poder, con esos colmillos dignos de cualquier película vampírica que hasta yo me confundía con si él era real o no. Sus ojos negros con un brillo extraño y una aura densa y malévola. Su traje perfectamente planchado y un abrigo negro hasta sus rodillas.
- Kim DongYoung... - Pude murmurar. Aún seguía en shock de que me hubiese encontrado. Y ese alguien era el que menos quería ver.
- Ya sé que estás alucinando por verme aquí, pero ¡Aquí estoy! Dispuesto a darte todas las respuestas que no te dio TaeYong.
- ¡Sal de mi casa ahora mismo! - Mi voz inclusive se quebró al bramar tal grosería, pero no podía ser cortés con alguien que me había hecho tantísimo daño, indigno de cualquier ser humano.
- Temo decirte que he venido hasta aquí para hablar plácidamente contigo, Ten. - Sonrió. Era el mal encarnado, no tenía duda. - Quiero decirte tantas cosas pero antes deseo con toda mi alma que pasemos a tu salón o sala de estar para charlar y aclarar todo tipo de dudad que atormente esa cabeza tuya.
- Enserio, vete antes de que llame a la policía. - Solo podía decir lo que se me pasaba por la cabeza, aunque filtraba la gran mayoría, por no decirle insultos impropios de mi, o gritarle todos estos.
- Ten, Ten, Ten. - Se acercó a mí, como el cazador que tiene a su presa. Yo me sentía acongojado, hasta di un pequeño repullo en señal de que se alejase. - Deberías comportarte mejor con tus visitas, ¿no crees?
- Enserio, sal de mi casa. ¡Ya! - El miedo me invadía desde los pies hasta la cabeza. Esto no podía estar pasando. Quería que se marchase y rápido.
Yuta tenía razón, tenía que largarme de Busan. Él sabía perfectamente donde estábamos. ¿Desde cuando lo sabía? ¿Había esperado el momento propicio para venir hasta aquí, estando yo solo con Jaemin?
- Déjame simplemente hablar contigo, y tranquilo, no vengo hacerte nada. - No le creía, no le creía. Era un mentiroso con una habilidad para engañar de récord. - Verás, la última vez...
- ¡La última vez la madre de Yuta murió! ¡Y tú lo tienes secuestrado! - Señalé. Hasta unas lágrimas se colaban en mis mejillas por aquello.
- Él eligió eso. - No entendía nada. - Era retenerlo o mataros a todos, y el idiota prefirió su libertad antes de que yo le pusiese la mano encima a su familia. - Él chistó con gracia, como si la palabra «Familia» le causase gracia. - Tan ingenuo y con tan poca estima... Pero si me hubiese obedecido no habría pasado todo esto. Yuta sabía las consecuencias.
- Pero tú... ¡Tú le manipulaste! ¡Yuta no sabía nada!
- Querido Ten en el mundo de la mafia : muertes, robos, etc..., la culpa es de quien se deja engañar o influenciar en su defecto. Él fue un compendio de las dos. - Dijo sonriente.
Yo alejé unos pasos más mi cuerpo de DoYoung. - ¿M-Mafia? - Yo me alejé, más asustado aún.
- ¿Podemos sentarnos y hablar? Claro si es que quieres que Yuta siga con vida. - Sonrió. Una sonrisa macabra de esas que te calan los huesos.
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Cold [ TaeTen ]; Completa
RomanceEn la tierra hay todo tipo de personas. Altos, bajos; ricos y pobres. Pero, por ejemplo, hay hombres y mujeres exitosos que saben lo que quieren, impulsados, disfrutan siempre de una compañía atractiva a su lado. El dinero no es un problema, por lo...