31. El día de mañana

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- ¿Qué era eso tan urgente, Yoo Noh?

Su rostro estaba pálido. Se levantó de la silla de detrás del escritorio y fue hasta mí.

- Deberías sentarte. - Me dijo.

- ¿Qué coño pasa? - Yo no cedí en sentarme y le miré con enfado.

- Te he citado aquí porque no podía decírtelo en llamada. Básicamente estás bajo amenaza.

- ¿Qué? ¿Quién me amenaza?

- Adivina. - Caminó hasta su silla y se sentó en ella, algo absorto.

Era DoYoung.

Sabía que el entierro de Jiwoo y esto no eran casualidad.

- Taeyong, ¿qué hacemos?

Al final me senté frente a él y suspiré, sacando mi cajetilla de cigarros y encendiendo uno, aspirando el humo con ansiedad.

- Él fue quien mató a Jiwoo, ¿verdad?

El despacho se quedó en silencio. Se escuchaba el tráfico, las personas hablar en otras partes del edificio, el reloj haciendo un leve sonido de que la aguja pasaba por los segundos con rapidez, que para mí, ese tiempo, se hacía eterno.

- Escúchame, - Yo levanté mi vista hacia él. - sabes de sobra que DoYoung jamás te haría daño a ti directamente, pero si de manera indirecta.

- ¿Qué quieres decir? - Pregunté, casi levantando el tono de mi voz. Le di una calada más profunda, expulsando el humo a la parte derecha de la habitación. - ¿Va a matar a todo aquel que se me acerque?

- Taeyong, debes proteger a lo que te importa ahora. Tu novio y su hermano son lo único por lo que luchar.

- ¡Él le provocó el puto infarto! - Apagué mi cigarro en su mesa y di un fuerte golpe con mis dos manos para levantarme de sopetón. - ¡¿Me quieres decir que él irá a por Ten?! ¡¿Tan mal está?!

- Esto es una guerra de mafias, Taeyong. Debes volver conmigo y con Taeil y matarlo de una vez.

- Dije que no volvería, Jaehyun. - Solté tajante.

- Ellos te importan, ¿cierto? - No respondí y evadí su mirada. - Si amas a Ten desde aquel día lucha por esa tranquilidad. Ve a casa, protégelo.

- ¿Por qué haces esto? - Negué un tanto con mi cabeza. - ¿Por qué?

Él se levantó y miró, con sus manos en los bolsillos de su pantalón de traje negro, el inmenso ventanal que daba al centro de la ciudad.

- No te incumbe. - Dijo.

- Si que lo hace. Tú y yo hemos sido amigos de hace muchísimo. ¿De verdad no me puedes contar la verdadera finalidad de esto? ¿Qué ganas tú?

Escuché su risa sarcástica por un instante.

- Absolutamente nada, Taeyong. Nada de esto tiene sentido, pero - Se giró y me miró de nuevo. - a pesar de lo que siento ahora mismo te ayudaré a ti.

- Siempre yendo hasta la parte justa, ¿verdad? - Dije con sorna.

- Cómo no. Soy abogado, Taeyong, defiendo solo al cliente que puede ganar.

- Entonces es de esperar que mueras.

Jaehyun sacó una cajetilla de cigarros del cajón y se volvió a sentar. Acercó el cigarro a mi y se lo encendí con mi mechero.

Cold [ TaeTen ]; Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora