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Llevaba llorando tres semanas, a cada hora y a cada minuto. Casi un mes con los ojos hinchados y rojos, añorando cada frase suya, desde que llegué aquí.
Después de aquella carta Hansol y yo viajamos a Japón y fuimos a su velatorio. El cuerpo jamás fue encontrado. Solo aquella puñetera carta en mis manos estaba día sí y día también, leyéndola una y otra vez sin encontrar respuesta alguna, ninguna válida entonces a sus palabras.
"¿Despedida forzosa?"
"¿Corazón verde?"
Llevábamos siguiendo aquellas pistas mucho tiempo, pero no encontrábamos nada.
Solo recordar que los últimos días que pasé con él fueron tensos, me reconcome. Mi estabilidad emocional dependía de cuántas veces pensara en los sucesos ocurridos. El único que animaba mi corazón era Hansol, que, a pesar de haberse quedado solo en este mundo con sus dos hermanos me ayudaba en todo lo posible.
La señora Nakamoto les dejó a todos sus hijos una gran herencia, la casa entre otras cosas, pero ya no existía, así que Hansol retiró todo el dinero del banco y lo utilizó para pagar un apartamento en Busan, ahora vivíamos allí los cinco. Antes vivíamos en mi antigua casa pero por todos los recuerdos tuvimos que abandonarla y emprender una nueva vida. Tenía que escapar de allí.
Ambos nos ayudábamos, ambos teníamos que consolar a Jaemin, Renjun y Jeno, que estos dos últimos soñaban con las abrasadoras llamas del incendio, y Jaemin seguía con su sueño recurrente donde salía yo y él escondido en un armario blanco.
Como Hansol y yo teníamos hermanos pequeños les dimos la habitación más grande y con una litera de tres camas. Luego, la otra habitación que tenía cama, y matrimonial, fue para Hansol y yo.
Y nosotros dos no nos librabámos de las pesadillas. Él tenía, yo tenía.
Viendo todo esto decidimos ir a especialistas, tanto como nosotros como los pequeñajos. Era raro para ellos, pero al aceptaron esto como un aprendizaje, como nosotros. No podíamos seguir así, sin ayuda, porque al fin y al cabo estábamos solos y contra el mundo.
En estos momentos Hansol y yo nos íbamos hacia la cama por cuarta vez, ya que nuestros hermanos lloraban por las pesadillas.
- Parece que ahora están mejor. - Hansol se desvistió de cintura para abajo y se puso un pantalón holgado mío que le presté desde que llegó.
- ¿Crees que se despertarán luego? - Me metí en la cama y me tapé hasta mi cintura. - Yo creo que Renjun sí, es el más sensible de los tres.
- Todos ellos son introvertidos, no creo que Renjun me cuente mucho. - Opinó. - Él ha sido muy reservado con tan solo 9 años. Y ya mismo es su cumpleaños.
- Un cumpleaños, con todo lo que está pasando.
- Con más razón celebrarla, ¿no te parece? - Dijo serio.
- Todo esto es brutal. - Cerré mis ojos y tiré de mi cabello con frustración. - Ellos no deberían pasar por esto.
- Ni tú tampoco. - Se metió también en la cama. Irradiaba mucho calor, era como un brasero constante.
- Puede que en parte me lo merezca, ¿no crees? - Rodé mis ojos, abriéndolos poco a poco hasta él.
- No sigas con esas gilipolleces, nadie merece algo así. - Dijo, con un tono disgustado.
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Cold [ TaeTen ]; Completa
RomanceEn la tierra hay todo tipo de personas. Altos, bajos; ricos y pobres. Pero, por ejemplo, hay hombres y mujeres exitosos que saben lo que quieren, impulsados, disfrutan siempre de una compañía atractiva a su lado. El dinero no es un problema, por lo...