5. Déjame

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Efectivamente, TaeYong vivía en una casa, gigantesca.

Mi casa también era grande, pero no tanto. Por así decirlo era una mansión, no muy apartada de todos, habíamos llegado en veinte minutos.

La fachada, a simple vista, era moderna, toda ella de unos ladrillos que yo no podría describir. Eran de un tono gris muy elegante, obviamente se deducía que era su casa; elegante y sin ser presentuosa. Con un tejado plano, bastante moderno y placas solares en él.

Bajamos del coche al entrar al recinto y contemplé un jardín enorme. Todo estaba lleno de plantas, no, no eran plantas. Eran flores excéntricas, algo exóticas y de colores que, casualmente pegaban con el resto de la casa. Me quedé algo embobado al bajar.

- Eso es solo la parte de la entrada, detrás de la casa hay todo un rosal. - Me dijo cuando me vio.

- ¿Enserio?

- Sí. - Asintió. - Hace unos años planté bastantes rosas como para vender en San Valentín.

- ¿Te gusta la jardinería? - Le seguí el paso hasta entrar a la enorme casa.

- Más o menos, pero las rosas son en mi opinión un regalo divino. - Abrió la puerta de su casa. - ¿Te das cuenta de que pueden combinar con todo? Ya sean rojas, rosas, blancas o inclusive negras. Hasta mustias y de colores horribles me llaman a mi la atención. ¿Cuáles son las que más te gustan?

- Las orquídeas. - Eran de un color llamativo y sus pétalos eran muy bonitos. Realmente su tuviera tiempo y dinero haría como Taeyong, y haría todo un jardín con ellas

- Sin duda también son preciosas. Pero las rosas tienen algo para mí muy especial.

- Te gustan mucho, ¿no?

- Creo que las rosas son la mejor flor del planeta, y tenemos que cuidar ese bien. - Vaya, no creía que fuese ese tipo de persona.

Realmente los prejuicios y tópicos son una carga para la sociedad pero, había caído en el juzgándole malamente. Sólo me quedaba conocerlo, pero no por mucho tiempo. Quería conseguir el dinero para mi casa y volver a mi humilde vida. Aunque ahora que no tenía trabajo... joder.

Menudo hijo de puta.

Tenía que buscar uno ya.

- Si quieres hoy te enseño toda la casa, pero es mejor que te cambies si quieres recoger a Jaemin a tiempo. - Ni si quiera me había dado cuenta de que estábamos en el vestíbulo.

Eché un vistazo rápido : todo era elegante e impecable. Todo de gris y blanco, y algunos jarrones, como no, llenos de rosas blancas y rojas. Era una casa muy bonita. Pero como Taeyong había dicho, sería mejor que me cambiase.

- ¡Jiwoo! - Me asusté al oír a TaeHong gritar un nombre. Una mujer de mediana edad coreana se apareció ante nosotros.

- Buenas tardes señor Lee. - Agachó su cabeza en modo de saludo.

- Quiero que acompañe al señor Leechaiyanpornkul a cambiarse de ropa. Ya sabe a cual me refiero.

Ella asintió, comprendiendo.

- Sígame, señor. - Me pidió.

- Ahora nos vemos, tengo que hacer un par de llamadas. - TaeYong se fue de nuevo fuera y la mujer me acompañó hasta un dormitorio. Sólo me indicó amablemente que la ropa se encontraba en unas bolsas y me dejó cambiarme.

Cold [ TaeTen ]; Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora