35. Los que van a morir te saludan

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And your heart's against my chest,
Your lips pressed in my neck
I'm falling for your eyes,
but they don't know me yet
And with a feeling I'll forget,
i'm in love now

- Buena suerte en tu primer día, renacuajo. - Besé su mejilla y lo cogí en brazos. - Cuanto pesas ya. Te haces mayor con solo mirarte.

- Ay, hermanito suelta. - Dijo agobiado.

Yo reí por sus súplicas y como se removía.

Jaemin vestía un uniforme azul oscuro, con una camisa blanca y unos pantalones cortos a juego. Tenía unos zapatos negros muy elegantes para ser de un infante, y unos calcetines altos y negros. Estaba tan guapo que me entraban ganas de sacarle mil fotos.

- ¿Tienes el almuerzo? - Le puse su mochila.

- Que si. - Dijo cansado. - Voy a llegar tarde, hermanito.

- Vale, vale. Ya paro. - Le sonreí.

Me agaché, como pude, a su altura y le besé su naricita.

- Te quiero mucho, Jaemin. - Él me abrazó por la nuca y me regó de besitos mis mejillas.

- Te voy a echar mucho de menos, hermanito.

- Si solo te vas unas horas. - Me separé de él y le revolví el pelo.

- ¡Oye! - Se quejó, poniéndoselo de nuevo a su manera.

- Venga, vete anda. - Me volví a levantar. - ¿Cuándo saldrá?

- Tranquilo, no tardará mucho. Al fin y al cabo hoy es su primer día. - Dijo Taeyong. - Jaehyun, te confío llevarlo y traerlo de vuelta. - Señaló con la llave del coche que le iba a dar.

- Claro. - Jaehyun la cogió. Sus ojos se pararon en mi y sentí una corriente fuerte en mi espalda. Algo extraño me pasaba si le miraba fijamente.

- Nos vemos luego. - Taeyong cerró la puerta y de pronto nos quedamos solos.

Desde aquel día en el hospital no habíamos estado juntos él y yo.

Ni una sola vez.

Era como que el estar con él ahora mismo no era muy de mi agrado, aunque yo ya le había confesado por dónde iban mis sentimientos.

- Ten, ¿podemos hablar? - Me dijo, al girarse suspirar y mirar hacia mi.

- Si. - Murmuré.

Taeyong pasó por mi lado y se fue escaleras arriba. - Sube.

Yo hice caso a sus órdenes.

Había estado solo un par de veces en la planta de arriba. La habitación de Jaemin estaba en la planta baja y yo solía dormir ahora con él. Teníamos ambos unas pesadillas muy fuertes de las que no podíamos escapar. Era como una espiral maligna.

Al subir aquellas escaleras de cristal, por las que veía mis pasos en el vacío. Un breve mareo me aturdió. Subimos dos pisos, en los que el último era una pequeña terraza llena de rosales enredándose en una barandilla. Todo estaba puesto con rosas, absolutamente ese pequeño espacio era de rosas.

Miré bajo mis pies y vi un césped artificial.

- Tal y como en nuestra antigua casa. - Dijo él, sacando una pequeña cajetilla con cigarros.

- Este sitio definitivamente es mi favorito. Es precioso.

- Echa un vistazo. - Señaló él, encendiendo su cigarro. - Seoúl a la primera vista.

Cold [ TaeTen ]; Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora