Cold [ TaeTen ]; Completa

7. Perdido

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Y es que sus labios...

Nunca me había parado a pensar lo que hacían unos labios tan finos y serios. Me mataban, me consumían, me confundían demasiado.

¿No era que yo ya tenía el corazón conquistado por HanSol? ¿Cómo estaba sintiendo cosas iguales por dos personas distintas? Esto era muy confuso.

Y de nuevo, yo ardía. Debajo de TaeYong, él besándome como nadie me había besado.

El mundo para mí estaba siendo detenido, sólo existían sus labios, sólo ellos...

¿Qué podía hacer si él me retenía con el simple roce de sus labios?

No sabía en qué momento ambos estábamos sin camisa. Admiré a medias el pecho plano y casi sin definir de él. No era excesivamente fuerte, pero tampoco se quedaba corto.

Me tocaba como si me fuese a perder, no con miedo ni preocupación, pero si con fuerza y determinación. Acariciaba mi cintura, mi abdomen, mis labios con los suyos...

¿En qué jodido instante esto pararía?

- Ten... - Susurró cerca de mi oído. - Eres jodidamente salvaje...

Su puta voz...

... no me cansaría de repetir que su voz me ponía en sobremanera.

- ¿Salvaje? - Pregunté extasiado.

- Sí... - Y me calló, metiendo sus dedos en mi cavidad, tirando de mis labios con sus dientes.

- Tienes fijación oral, eso te hace más intenso.

- ¿Fijación oral? - Hablé cuando él sacó sus dedos, empapados de mi saliva. Sentía mi voz pesada, tal vez podría ser porque él estaba encima mía.

- Sí. - Se meció contra mi, sentí ese tirón propio en mi entrepierna. - Y me encanta, quiero probarla... - Se acercó a mí oído y mordió el lóbulo de mi oreja, haciéndome jadear y cerrar los ojos. Segundos después lo lamió hasta bajar a mi cuello y comenzar a succionarlo con fuerza.

Joder. No quería que parase.

Pero lo hizo.

Se apartó de encima, cogió su camisa y se levantó para ponérsela. Yo estaba en una pose bastante erótica, sin mi camisa y jadeante, mirando como se abrochaba cada botón.

- Tengo que irme a trabajar, ¿quieres que te lleve a la universidad?

- Hoy solo tengo un par de clases. - Me senté en el borde de la cama.

Él terminó de ponerse su camisa blanca impecable y me observó alzando una ceja.

- ¿Vais a ir así de guapo?

Me sonrojé.

- S-Sí... ¿por qué?

Se acercó a mí, se agachó donde estaba y me miró intensamente.

- No quiero que otros te miren. Desde hoy eres solo mío. Esta noche te haré saberlo. - Su voz, impactante y directa hizo que me temblasen hasta las piernas.

Y salió de allí, diciéndome que el desayuno se enfriaba.

¡Yo sí que me enfriaba!

Tenía que pasar de él. Lo único que hacía es confundirme. Yo amaba a HanSol, él solo me quería para la cama.