Cold [ TaeTen ]; Completa

28. Lástima, odio, lágrimas

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A partir de la preparatoria, un chico, hijo de los amigos de padre, ya me seguía a todas partes.

Era una molestia.

Día de hoy sigue en mi vida y ya empieza a molestarme a niveles demasiado agudos.

Puedo llegar a agradecerle ciertas cosas, ya que su compañía no del todo ha sido insoportable, pero, ahora lo último que quería era verle.

Querido lector, no se puede saber una historia sin saber la otra parte, y aquí tienes la mía.
Kim Doyoung, ¿lo conocéis? Os contaré lo que ha hecho y lo que va a hacer, porque sé que pasos da en todo momento

Resumiendo con prisas : es alguien obsesivo, maniático, consumista, cruel e interesado. Claro que, todo esto no lo sabía cuándo lo vi por primera vez; inocente se podría clavar en su frente, con su uniforme de preparatoria, sus brackets y su cabello castaño oscuro.

Se presentó como mi «próximo mejor amigo».

Lo conocí una fría mañana de primavera. Acababa de llover y no tenía muchas ganas de ir ese día, ya no recuerdo el por qué, sería extraño recordarlo.

Escuché su voz en clase ese día, pero decidí pasar de ella. En esa época mi tía ya había muerto, hacía dos años al menos, y yo seguía sin sonreír desde el día en que la parca se la llevó como el destello de una estrella fugaz.

Después de las primeras clases, oí por el pasillo que alguien me seguía. Era él, con su almuerzo en una mano y un libro en otra.

Recuerdo aún esa primera conversación. Nunca tuve que haberme girado, jamás.

- ¿Eres Lee Taeyong?

Y yo, por desgracia, paré en seco, giré mis talones y le pregunté, con curiosidad y aproximándome a él : - ¿Y tú?

Siempre me acordaré de que sonrió cuando le pregunté aquello.

- Kim Dong Young. Eres el hijo del mejor amigo de mi padre si no me equivoco.

Yo asentí, no sabía que más decir. Él, en ese momento, había hablado muy rápido y no sabía por dónde quería ir con esa afirmación.

- ¿Te apetece comer conmigo? Es raro que una persona tan especial como tú se pasee por los pasillos sin ninguna compañía. - Su afán de creerse un dios, de que me salvaría con esa propuesta y de esos halagos vacíos que, poco a poco, me di cuenta de que era su labia, la manera de ganarse a la gente y llevársela a donde él quería. De Doyoung aprendí el arte de distraer a los demás y de obligarlos, con dulces y crudas palabras, a caer en mis redes y actuar en su contra.

¿Como conseguía eso? Hasta el día en que no lo hice yo mismo no me lo creía. No me creía que la gente fuese tan estúpida de caer en sus redes y actuar exactamente como él había dicho.

- ¿Quién te ha dicho a ti que no tengo amigos?

Escuché su risita inocente. Aún la tenía clavada en la mente.

- Vamos, ven conmigo.

- ¿Y si no quiero? - Ahí me di cuenta de que no era tan bueno, de que algo escondía. ¿Por qué no seguí mi instinto en ese momento?

- Al fin de cuentas nuestras familias son amigas, ¿por qué no ahorrarles trabajo y hacernos amigos por nuestra propia mano? Seguro que nos beneficiaría a todos, ¿no te parece, Yong?