22. Una mala idea

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Aquel traje me hacía... diferente.

Me veía poderoso con él. Ajusté mis mangas en la soledad de mi habitación. Me observé con detenimiento al espejo, éste era yo. Mis días de llorar por el dinero y Hansol se habían acabado.

Ahora veía a un Ten, algo maquillado, con su pelo perfectamente peinado, después de horas; con un traje básicamente para ser follado allí mismo. El traje negro, sin corbata y camisa blanca, se me pegaba como una segunda piel. Mis pies ahora no estaban desnudos, tenía unos zapatos nuevos muy bonitos y, seguramente, carísimos. Mis ojos resplandecían bajo la luz del cuarto y mis mejillas estaban algo rojas.

Me miré por última vez y aprobé aquel nuevo yo. Cogí entre mis manos la máscara veneciana del borde de mi cama. Era preciosa y quedaba muy elegante con mi vestimenta.

Escuché unos golpes en mi puerta y luego, vi la cabeza de Jiwoo asomarse. Hoy estaba más arreglada de lo normal y estaba preciosa.

- Seño- Ten. - Se corrigió. Yo reí brevemente. - Los señores le esperan en el vestíbulo.

- Iré en breve, que no se preocupen. - Le contesté.

- Con permiso. - Salió, cerrando la puerta.

Miré de nuevo a la máscara con más concentración. Hoy era mi primera fiesta. Casi nunca había asistido a ninguna, y menos de la alta clase y con esta temática atrevida y misteriosa. Era un nuevo mundo para mi.

Metí mi móvil en uno de los bolsillos de mi pantalón después de comprobar que tenía la suficiente batería para esta noche.

Abrí mi puerta, echándole el último vistazo a la máscara. ¿Debería ponérmela ahora? Daba un toque de glamour... Mejor no.

La llevé con delicadeza, apagué la luz del dormitorio y me dirigí escaleras abajo.

Hace un rato habíamos recogido a Hansol, eso me había dicho Jaemin a través de la puerta mientras me preparaba. No había tenido tiempo de verle. Mi corazón se aceleró, pero no tanto como antes...

Qué extraño.

Estaba vestido de gala y también tenía su máscara en la mano. Era idéntica a la de Taeyong con la diferencia de que está tenía las plumas grises en vez de rojas. La de Taeyong sinceramente era más bonita. El pelo moreno y largo de Hansol estaba recogido en una pequeña coleta y echado con gomina, tal vez, hacia atrás. Parecía verdaderamente un empresario o el hijo de algún político. Sus ojos zafiro parecían resplandecer bajo la luz del vestíbulo.

Taeyong, por otra parte, vestía un traje negro en su totalidad, con unos cuantos botones dejando ver esa parte de pecho que tanto me gustaba. Su cabello rojizo estaba despeinado y a la vez peinado. Un toque desaliñado. No tenía ni una gota de maquillaje pero, sus labios y mejillas parecían de cuento. Pálidos como la nieve recién caída en el punto cumbre de alguna montaña.

Bajé lo que me quedaba de tramo de escalera y saludé con la mirada a Hansol.

- ¡W-Wow, Ten! Estás guapísimo... - Un sonrojo, como una ola, vino hacia mi.

- Gracias. - Incliné un poco mi cabeza, en señal de agradecimiento.

Vi de reojo que la puerta estaba medio abierta y que, en nada, estaríamos de camino hacia la fiesta.

- Bien. Llegamos con veinte minutos de retraso. - Dijo Taeyong. - Será mejor que vayamos yendo hacía allí, no ¿Jiwoo?

- ¿Jiwoo también viene? - Pregunté.

Cold [ TaeTen ]; Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora