El corazón me late desembocado.Faltando unas calles para llegar al local de la espiritista, me concentro en preservar la compostura y evitar que la poca osadía que me incitó a este plan desaparezca. Me aferro a la correa de mi bolso con la vista clavada en la ventana derecha.
¿Han tenido esa sensación de peligro inminente que les sube por el pecho?
Pues yo sí, y de solo plantearme el sinfín de puntos en los que flaquea mi escapada me hacen pensar en que me estoy arriesgando demasiado.
«Estaré sola en una calle cerrada»
«No tengo más que mi teléfono y un gas pimienta en el bolso»
Sí mi suposición es correcta, el hombre sombrío me acecha en todas partes, de otra forma no sabría sobre mis pesadillas o mi paradero. Por lo que me estoy entregando en bandeja de plata, al bajar de este auto nada le impedirá acercarse
Agradezco haberle enviado un mensaje automático a Aria. Sí algo me sucede, ella recibiría la ubicación de la sesión y una nota con mis motivos. Si la noche sale bien, puedo anular el envío.
—¿Aquí es?— pregunta el conductor con sorpresa.— No parece un barrio muy seguro, señorita.
Verifico el sitio, luce igual de tétrico que la última vez. Me da un escalofrío.
—Sí, no se preocupe, me esperan adentro.— le pago con la app y salgo.
Se va desconfiado, parece un buen tipo. Me centro en reprimir la ansiedad y temor que se acumula en mi ser, respiro para controlarlo, no quiero que me dé otro ataque. El callejón está vacío, las luces disparejas de los postes le dan un aire inquietante.
Cálmate, Med.
La brisa me envuelve al plantearme frente al lugar y entrar al espacio repleto de talismanes. Oscuro y desordenado, lo repaso con los ojos notando una mesa con mercancía en una esquina y un olor a perfume viejo.
No hay rastros de Roman, ruego para que continúe así.
Anteriormente, Aria tuvo que tocar la puerta para ser bienvenida. Hago lo mismo y aguardo con los nervios de punta. No se demora en abrirme y reconocerme.
—Tú —pronuncia con asombro—. Eres la chica de la otra noche.
Asiento y me armo de valor.
—Sí, y tal vez no sea de su gusto recibirme después de mi comportamiento, pero necesito hablar con usted.
Frunce los labios, dudosa. Voltea los ojos, odiosa.
—Puedes pasar, ya sabes el camino.
Exhalo y atravieso el umbral, me adelanto hasta el espacio con las piernas temblorosas.
—Me sorprende tu pedido, si mal no recuerdo, me mandaste al infierno por querer hacer mi trabajo.— comenta con resentimiento, atrapando su cabello rizado en una mascada.— Y tras ir y volver, entendí que debo dejar de aceptar a jóvenes de tu edad en mis lecturas.
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Med: Acosador
Mystery / ThrillerCuando Med finalmente acepta ir con sus amigos a un club nocturno, no pensó que se convertiría en la presa de un acosador, una persona que promete destrozar su vida por completo. Ahora, una de sus mejores amigas ha sido atacada y Med no puede expli...