—¡Roman!
Sonríe cínico, su agarre en mi cuello se afloja momentáneamente permitiendo que una pequeña cantidad de aire llegue a mis pulmones. Tiemblo bajo sus manos, no rompe la cercanía. A esta distancia noto pequeños rasgos llamativos poco visibles en él, como una pequeña cicatriz en su ceja derecha y otra que recorre un costado de su cuello. Su nariz recta y la mandíbula marcada que luce hosca.
—Es un gusto saber que me recuerdas.
¿Y cómo olvidarte?
—¡Suéltame!
—Shh.
Dos dedos vuelven a cubrir mi boca, sus ojos rojos no abandonan los míos en ningún instante, dando la ilusión de querer abrirme el cráneo y revisar el interior, me altera. Él es... él es...
—Veo que hice mal en dejarte ir sin una advertencia aquella noche.— dice con voz gruesa, arrastrada.— No pensé que serías tan osada como para pedirle a tu amiguito que me siguiera.
Me estremezco.
No pienso en lo que podría pasarme ahora sino en lo expuesto que estuvo Dante por hacerme un favor. Inspecciono a Roman, lleva una sudadera gris desgastada con capucha y tejanos. Su cabello está revuelto, y tiene una manga manchada con lo que parece ser sangre.
¿De quién...?
—No me lastimes.— musito, pensando en la forma más rápida y segura de salir de esta situación.— Por favor.
—¿Por favor?— me vuelve a estampar contra el muro en un arrebato de ira, mi espalda recibe el daño. Reprimo un chillido.— Tus súplicas no sirven de nada, ¿me oíste? ¡De nada!
Veo de reojo a la gente transitando al final del callejón, si pudiera soltarme correría a esa vía libre. Roman percibe mi interés en el callejón, sus comisuras se elevan en un gesto perturbador.
—Eres tan ingenua. Te tengo entre mis manos y aún así crees que puedes escapar por tu propia cuenta.— sisea en mi oído, cierro los ojos con fuerza, la angustia me está consumiendo.— No entiendo cómo puedes gustarle a él, eres tan simple, al igual que las anteriores.
¿Está hablando del hombre sombrío?
Lo miro atónita, mi gesto de horror lo divierte. El sudor se desliza por su frente.
—¿Lo conoces?— indago con poca voz.— ¿Conoces a mi acosador?
No contesta, sus ojos chispean en un rojo intenso y luego se tornan en un negro profundo, vacío, horrible.
—Por supuesto que lo conoces.— digo cayendo en cuenta de la correlación.— Tú eres como él.
Se lame los labios con una expresión hambrienta, un depredador listo para devorar a su presa indefensa. La desesperación circula en mis venas, mis piernas no responden. Siento que voy a caer, él se adelanta y me sujeta de la cintura y posa una rodilla entre las mías.
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Med: Acosador
Mystery / ThrillerCuando Med finalmente acepta ir con sus amigos a un club nocturno, no pensó que se convertiría en la presa de un acosador, una persona que promete destrozar su vida por completo. Ahora, una de sus mejores amigas ha sido atacada y Med no puede expli...