Cuando Med finalmente acepta ir con sus amigos a un club nocturno, no pensó que se convertiría en la presa de un acosador, una persona que promete destrozar su vida por completo. Ahora, una de sus mejores amigas ha sido atacada y Med no puede expli...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hay experiencias en la vida que determinan tu carácter, depende mucho de como reacciones en el momento y sepas desenvolverte porque son situaciones tan únicas que solo las personas preparadas son capaces de superarlas. Sabiendo esto, el hecho de caminar esposada hacia la comisaría acompañada por dos oficiales puede considerarse como mi experiencia transitoria, si antes la gente pensaba que estaba loca, ahora mismo tienen razones para creerlo. Actúo con normalidad y camino con mis escoltas por el largo pasillo del buró con temor de demostrar cualquier rastro de culpabilidad.
—Adelante señorita.—Me señala el policía más alto hacia la oficina de Darren. Me tenso sintiendo el frío metal en mis muñecas.
Los demás oficiales no nos prestan atención, es común para ellos presenciar arrestos y ver pasar a criminales todos los días. Confiscaron mi cámara, teléfono móvil y mi bolso; falta que tomen mis huellas y las relacionen con ese bonito adorno de cristal que usé para asesinar a Renay. Mmm, incluso pensarlo me parece caótico. Asesiné a Renay. Asesiné a una persona. Sí es que era una persona realmente, y disfruté hacerlo. Eso ya no importa, la expectativa de mirar a los ojos a Darren (quien ya debe estar enterado de esto) hace que me altere y se me retuerce el estómago en respuesta.
El oficial más bajo toca con los nudillos y espera unos tres segundos para escuchar un "pase". Me dan un pequeño empujón para que entre y cuando capto la expresión del rubio me estremezco.
—Bien oficiales. Pueden esperar afuera.—Les dice.
—De acuerdo.
Los sigo con la mirada y veo sus siluetas a través del cristal. Regreso la vista al frente y me encuentro con la cara de Darren en total estado de desconcierto.
—Medara —pronuncia mi nombre con escepticismo. Trata de comprender si estoy aquí en verdad o es solo un malentendido.— ¿Qué sucedió?
Cómo dije, estos momentos se basan totalmente en el comportamiento del individuo. Por este motivo tomo aire con calma y acomodo las palabras que voy a soltar.
—Hace dos noches fui atacada al salir de la terapia.—Inicio cuidando mi tono, me rasco la palma con los dedos.— No recuerdo mucho después de eso, creo que perdí el conocimiento.
—No entiendo. ¿Qué hacías en el local de Renay Cress? Si fuiste atacada hace dos noches, ¿por qué no lo dijiste?
Trago grueso. Algo obstruye mi garganta. ¿Debería contarle lo de Roman? Por supuesto que no. Si lo hago las cosas empeorarán. Ordenar los recuerdos es tan difícil que no puedo conectarlos unos con otros.
—Estaba buscando respuestas, Darren. La persona que me atacó me llevó a ese lugar y no pienso que haya sido coincidencia. Debes creerme.
Apoyo los brazos en el escritorio y junto las palmas mientras ruego. El ambiente se vuelve pesado. Observo sus reacciones: sus ojos castaños y la forma en que se pasa la mano por el cabello. Está frustrado, al igual que yo.
