Capítulo 31

234 17 2
                                    

—10 horas antes—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—10 horas antes—

Dante

Mi cuerpo reacciona al suyo con cada toque. Me siento embriagado por su aroma, el calor de su piel y la suavidad de sus labios. Sus manos me atraen para profundizar el beso y yo lo hago con gusto. Acaricio su espalda y la tomo por la cintura mientras ella enreda sus dedos en mi cabello. Mi autocontrol es cegado por la excitación y la satisfacción de tenerla en mis brazos. He esperado por esto mucho tiempo y sé que ella también lo desea.

Estoy obsesionado.

Desde que la ví entrar a Disturbia supe que ella era diferente. Med simplemente resaltaba entre la multitud, su cara, su cuerpo, su actitud y su distinguida forma de bailar como si intentara liberarse de algo fue lo que logró despertar mi lado peligroso. Los similares nos reconocemos y, muy en el fondo, sabía que ella escondía una oscuridad que la consumía por dentro y la obligaba a ser una farsante.

Igual que yo.

Gruño cuando sus manos tantean mi piel, mi erección crece en el pantalón y el roce con sus caderas no ayuda a la situación. La levanto en mis brazos guiando su cuerpo a la encimera, donde se sienta sin dificultad y enrolla las piernas en mi cintura. Sus labios están hechos para encajar con los míos. Sus gemidos son el sonido más excitantes que he oído. Med despierta cosas en mi que son difíciles de expresar.

Había hecho esto tantas veces que empezaba a aburrirme. Elegía, acosaba e intimidaba a tantas chicas que se volvió repetitivo. Pero entonces conocí a Med y todo adquirió un nuevo significado. Ella ya se había enfrentado al miedo de verdad y las secuelas seguían ahí, por lo que no fue difícil infundir el temor. Nuestra historia inició con su amiga Emily, no obstante, tuve desviarme del plan para cambiar de objetivo. No podía perder la oportunidad de tenerla.

Esa noche en el club, el objetivo era Emily, solo debía seguirla y asegurarme de agregar el pequeño sobre con éxtasis a su bebida para luego darle un susto, pero no se separaba de sus amigos y Roman se desesperó. Nunca ha sido bueno para seguir las reglas, aunque Renay se las repitiera sin parar. Llevábamos una hora alrededores del grupo, el ambiente en Disturbia se hacía agobiante y la gente era cada vez más insoportable. Yo llevaba una capucha oscura e intentaba pasar desapercibido, Roman tomó el turno en la barra y empezó a servir tragos.

Tres canciones después, una distraída Emily y sus amigas se acercaron a la barra provisional, aproveché la ocasión para caminar cerca de ellas y traté de manipular la bebida que Emily sostenía, sin embargo, acabé chocando con la chica a su lado.

—¡Ten cuidado, idiota!

Me alejé con rapidez sin dar la cara, no había salido como esperaba. Roman me lanzó una mirada mordaz desde la barra y se dedicó a atender los pedidos. El calor de la pista me envolvía y la música resonaba en mis oídos de forma intolerable. Vigilé a Emily por unos minutos hasta que me fijé en Roman y la chica de pelo negro que se aproximaba a él.

Med: Acosador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora