Capítulo 22

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No estoy bien de la cabeza, muchos ya lo notaron

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No estoy bien de la cabeza, muchos ya lo notaron. Eso de pensar que fuí la causante de las heridas de Emily me perseguirá por mucho tiempo. Si no hubiera descubierto la naturaleza del hombre sombrío y el orígen demoníaco, aún estaría dudando de mi inocencia. Así como sucedió con mi madre, tuve miedo de volver a sentir esa curiosidad por la muerte el día del ataque, pero cuando desperté en el hospital y ordené mis pensamientos supe que algo estaba mal, esa mórbida sensación nunca apareció.

Sin embargo, aunque me cueste recordarlo, sí lo percibí con Renay. Quizás fue la ira, quizás fue el instinto de supervivencia o el subidón de adrenalina lo que me provocó cierto agrado al causarle daño.

«¿Sabes lo que eres tú?»

Las palabras de Roman retornan a mi mente. Él lo dijo aquella tarde en el callejón y no pude entenderlo, ahora, uno los puntos y surge una teoría: Soy la única que puede ver al hombre sombrío y a Roman en su esencia real, sus extrañas habilidades y los ojos rojos inhumanos que los caracterizan. Tengo malos presentimientos y mi cuerpo me alerta de una manera anormal cada vez que estoy cerca de ellos.

Las ocasiones en las que me sangraba la nariz.

Las veces que tenía malos presentimientos.

Los momentos en los que mis sentidos se agudizaban.

¿Y sí Roman al hacer esa pregunta en realidad se refería a mi verdadera naturaleza?

—Med, ¿sigues ahí?

Darren me regresa al mundo real.

—Mi cliente ya no responderá a sus preguntas.— amenaza Brian a mi costado.

Tardo unos segundos en recuperar el aliento.

—Tiene el derecho a apegarse a la quinta enmienda, no obstante, aún no ha respondido a mi última pregunta.

Toda mi vida he dejado que las personas me dominen, si no los detengo, mi madre tendría la razón, seguiría siendo la chica frágil que las personas no dudan en pisotear. Me armo de valor y me enderezo en la silla, ya no habrá una Med osada, ni una Med asustadiza, solo seré yo y eso debe ser suficiente.

—No te equivocas —contesto con seguridad. Mi abogado me mira con severidad, yo lo ignoro y prosigo—. Fue difícil ingresar a ese internado, así como fue difícil saber que había lastimado a mi madre; supongo que las personas ansiosas podemos perder el control y luego arrepentirnos, pero yo no. Lo que hice estuvo mal, ya fui reprendida por eso.

—Esa situación no aporta mucha credibilidad a la hora de juzgarte por asesinato, Med.— puntualiza con obviedad.

Pongo los ojos en blanco.

—Sí ya tienes la evidencias necesarias, ¿por qué no me arrestas?

Brian me estruja el hombro, volteo y le lanzo una mirada voraz. Darren se lleva las manos a la cadera y niega divertido.

Med: Acosador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora