Capítulo 14

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Narra Gulf.

-Listo, llegamos.

El camino hacia su departamento fue un poco largo, pero eso me gustó. En cada parada aprovechaba para mirarme y solo podía sonrojarme, nuestras manos han estado entrelazadas desde que entramos al carro y la sensación que eso me causa es simplemente increíble, siento paz. Una sonrisa adorna mi rostro cada que pienso y estoy con él. Me dispuse a bajar del auto, ahí, frente a mí, estaba parado esperándome, me abrió la puerta y extendió su mano hacia mí.

-¿Me permite?

-Será un honor.

Ambos empezamos a reír por lo tontos que nos veíamos, pero no importaba, cuando estamos juntos no importa como seamos porque en este momento sólo somos nosotros existiendo en el universo.

-¿Ya te dije que te ves hermoso?

Mi rostro se empezó a sentir caliente y mis orejas se pusieron rojas. Creo que nunca me llegaré a acostumbrar a que me diga cosas así, de la nada. Amo la sensación de sentirme querido y amado, pero también es algo a lo que no estoy acostumbrado.

-¿Apenas lo estás notando?

-Lo noté hace mucho. Hoy te ves tan lindo que me dan ganas de

-¿De qué? -dije acercándome más.

-De abrazarte y nunca soltarte.

-¿Sólo de eso?

-¿Qué más podría ser?

-No lo sé, tal vez esto.

Me acerqué aún más, la distancia que antes nos separaba se convirtió en nada, lo miré fijamente a los ojos y sonreí. Pude notar su confusión y eso me confirmaba que estaba logrando mi objetivo, bajé mi mirada a sus labios y juraría que los puedo escuchar rogarme para que los bese. Y eso hice. Un pequeño roce era más que suficiente para encender una chispa entre nosotros. Su cara confundida me hacía reír.

-Me traes mal.

-Ese es el chiste.

Caminamos juntos el pequeño sendero de pierdas y pasto hacia la entrada de su departamento, todo se veía tan tranquilo que me incitaba a permanecer aquí para siempre. Nuestras manos estaban entrelazadas y mi cabeza recostada en su hombro mientras ronroneaba como un gato, no sé por qué, pero quería hacerlo.

-Eres un lindo gatito.

-No.

Me miró confundido y sólo podía aguantar mi risa.

-¿No?

-Soy tu lindo gatito.

-Tienes razón, eres mío.

-Posesivo.

-No tienes idea cuánto.

-Pues no eres el único.

-No tienes que ser posesivo conmigo, yo ya soy tuyo.

-Lo sé.

-Nos adentramos en su departamento y el olor de las velas aromáticas golpeó mis fosas nasales, no distingo que es, pero huele delicioso. Todo el lugar está arreglado, velas por doquier, luces bajas y una canción lenta sonando de fondo. Podría jurar que estoy soñando y que esto desaparecerá cuando chasquee los dedos, pero no es así, todo es real y enseguida me arrepiento de no haberme vestido más elegante. -Debiste decirme que me vistiera mejor.

-¿De qué hablas?

-Todo el lugar está hermoso.

-Así es, pero tú lo estás más.

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