Capítulo 11

842 144 22
                                    

Narra Mew.

El sonido de los carros, combinado con la suave respiración de él, es lo único que se puede escuchar en la habitación. Mi cuerpo está rígido en la cama, el miedo de moverme es muy grande y por alguna razón siento que ninguno quiere hacer sentir incómodo al otro.

Soy tan fácil de convencer, unas cuantas palabras y ya estoy dispuesto a hacerle compañía durante la noche. Sabía que debía dormir en el sofá de la sala, pero soy demasiado alto para poder hacerlo sin lastimarme y amanecer con dolor de espalda. Cerré los ojos y decidí dormir, es suficiente por hoy. La noche siguió pasando con normalidad, o eso parecía, hasta que los gritos de Gulf rompieron el silencio.

—¡No!

—¿Gulf? ¿Qué pasa?

—¡Por favor, no le hagas daño! —sus gritos eran desgarradores y me rompían el alma al escucharlos.

—¡Gulf! ¡Despierta!

—¡No! ¡déjalo! ¡él no tiene la culpa! —murmuró.

—¡Gulf! ¡Nadie te hará daño!

Lo empecé a mover bruscamente. Parecía estar sumido en un tipo de pesadilla y algo le impedía despertar.

—Mmm...no...no... ¡Mew!

Se levantó de golpe y todo su cuerpo estaba sudando sin control. Parecía un cachorrito asustado, mis impulsos pudieron más que mi autocontrol y lo abracé con todas mis fuerzas. Me pegué a su cuerpo lo más que pude. Mis brazos rodeando su espalda y mi barbilla recargada en su hombro.

—Todo está bien —susurré en su oído.

Mi mano acariciaba su espalda para poder calmarlo. Su respiración, que era agitada al principio, se estaba calmando poco a poco. Correspondió mi abrazo con sus manos temblorosas y se acurrucó en mi cuello. Su respiración chocaba en mi cuerpo y tenía un efecto raro en mí.

—Tengo miedo.

—Aquí estoy, no temas.

—Es que ese es mi miedo.

—¿Qué?

—Tengo miedo de acostumbrarme a tu presencia y que un día te pierda.

—Estaré a tu lado hasta mi último día.

—Eso es lo único que necesito.

El calor de nuestros cuerpos nos cubría como una manta en el frío de la habitación. Mi corazón se agita al hablar con él. Al verlo, al abrazarlo. Algo me está pasando y tengo la sospecha de lo que puede ser, pero es algo imposible. No me puedo dejar llevar por algo así, no quiero arruinarlo todo, lo acabo de recuperar después de tantos años sin saber de su paradero, no me puedo permitir perderlo una vez más. Él es diferente ahora, pero también me hace sentir bien.

Solo han pasado unas cuantas semanas desde que lo volví a ver, pero con eso ha bastado para que nuestra amistad, que creía perdida, se haya fortalecido todos los días. La confianza aumentó. Ya se nos hace normal hablar de cualquier cosa con el otro. Estoy seguro de lo que estoy empezando a sentir y no sé qué tan bueno sea eso.

Gulf, no eres el único que tiene miedo de perder a alguien.

Ya te perdí una vez. Aunque parezca que lo has olvidado, mis recuerdos siguen intactos y en todos apareces tú. Maldita sea. Ya estoy llegando a ese punto en el que se hace difícil alejarme, no puedo dejar de pensar en él un minuto. Lo atribuía a la emoción de volver a verlo, pero ya no se trata sólo de eso. Su presencia se ha vuelto la razón de mi existencia, pero si se lo hago saber puede que mi burbuja se rompa. No quiero arruinarlo, no con él.

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora