Capítulo 29

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Narra Gulf.

Mi celular no ha dejado de sonar, y siempre es un número diferente. Sé que es Somchai tratando de convencerme de ir a comer con él, pero me niego rotundamente a cumplir otra vez sus órdenes.

—Maldito celular, ya cállate. —dije poniendo el dispositivo en silencio.

—¿No es mejor que aceptes ir?

—¿Enserio me estás diciendo esto?

—Me refiero que si vas y lo enfrentas para demostrarle que no cumplirás sus órdenes, tal vez lo entienda.

—¿Si sabes de quién estamos hablando? Somchai Traipipattanapong, el hombre que nunca se deja doblegar, prefiere recibir una bala antes que obedecer a alguien más.

—Pero al menos haz el intento. Dale la última oportunidad y si no funciona simplemente lo sacas de tu vida.

—Te amo más que nada en esta vida, pero en ocasiones odio que tengas razón. Bien, iré.

—Todo va a estar bien.

[...]

Las personas pasan y los coches avanzan, el tráfico no es tan lento como otros días. Mew me ha convencido de ir a un encuentro con la muerte, no tan literalmente, pero así lo siento. Sólo espero que esto no salga mal. Mi padre me está esperando en un restaurante ubicado en el centro de la ciudad, PMew me dejará ahí y me esperará en casa con sus padres, después me recogerá.

—Llegamos.

—¿Es muy tarde para arrepentirme?

—Si.

—Te voy a extrañar.

—Yo también, pero entre más rápido vayas, más rápido vengo por ti.

Me acerqué para besar sutilmente sus labios —te amo —dije besándolo una vez más.

—Si no me dejas de besar dudo mucho poder dejarte bajar del carro.

—Pervertido. Nos vemos en un rato.

Bajé y caminé a la entrada del establecimiento, la persona en la puerta me preguntó si tenía reservación y luego se dio cuenta de con quién estaba hablando. Todos le tienen respeto a mi familia gracias al legado que dejó mi abuelo. Todo por dentro era tan blanco y pulcro con pequeños detalles de color en las paredes. Las mesas eran de un acabado de vidrio y había familias comiendo alegremente en ellas. Todo era armonía pura; hasta que lo vi. Estaba sentado junto con dos personas más, se supone que sólo seríamos él y yo ¿Acaso me mintió? Claro, es Somchai, nada debería sorprenderme viniendo de él.

—Buenos días.

—Oh, Gulf, al fin llegaste —dijo mi padre con una voz y entusiasmo tan falso como él. Intentó abrazarme, pero me senté sin siquiera darle la oportunidad de acercarse.

—Ya estoy aquí como querías, dime lo que tengas que decir para poder irme.

—¿Recuerdas a Philip? Es un socio y amigo de mi familia, ella es su hija, Pam. Han regresado de un viaje por el extranjero y quisimos desayunar juntos.

—Entonces no tengo nada que hacer aquí.

—No digas eso Gulf, tiene años que no te veo. Por favor, es sólo un desayuno.

Enserio quería irme de aquí. Todo sentía que me asfixiaba, pero Philip era un gran amigo de mi madre, sólo por eso me quedaré. Hay algo más que no me están diciendo, y tengo que averiguarlo. No es normal que el gran empresario indomable con todos le ruegue a su hijo para un simple desayuno.

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