Capítulo 28

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Narra Gulf.

El reloj en la pared indica que pronto serán las cinco lo cual significa mi salida de este lugar.

—¿Te vendrán a buscar?

—Ya no sé si eres muy intuitiva o me espías.

—Soy observadora y veo una camioneta blanca con un apuesto príncipe esperando por su amado.

—¿Qué?

Giré mi cabeza hacia la entrada y efectivamente ahí estaba Mew, con su porte tan elegante. Traía puestos sus típicos pantalones de mezclilla con una camisa azul marino, su cuerpo está apoyado en la parte delantera del coche mientras sus ojos están fijos en mí. La sonrisa que forma en su rostro es lo que termina por aniquilarme, sabe muy bien lo que él provoca en mí y aprovecha cada momento para hacerlo.

—Supongo que mi transporte ya llegó.

Ambos salimos del establecimiento, Lili cerró las persianas y puso el seguro en la puerta, yo caminé directo a los brazos de la persona que está dispuesto a recibirme en ellos sin importar lo que pase.

—Suppasit.

—Supakhorn.

—Kanawut.

Todos reímos al unísono.

—Cuánto tiempo sin verte.

—¿Cinco meses tal vez?

—Y mira, el destino me llevó a tu novio hasta la puerta de mi librería.

—Cuídalo bien.

Mew me tomó de la cintura y acercó su rostro al mío.

—No soportaría perderlo —dijo dándome un beso con la nariz.

Nos despedimos de Lili y subimos a la camioneta. El motor se encendió y se puso en movimiento el vehículo, nunca me había detenido a ver la manera en que Mew maneja. No sé si es que estoy cansado de acomodar libros y sacudir el polvo de los muebles o de verdad es fascinante ver cómo sus manos se mueven tan rápido al tener el control. Una en el volante y una en la palanca, es enserio hipnotizante, su mano toma el volante sin más, sin hacer el mínimo esfuerzo y lo mantiene al mismo ritmo siempre lo que hace que sus venas siempre se noten. Tal y como me gustan.

Narra Somchai.

—Si, ya sabes que hacer. Arregla una cita con mi hijo en su restaurante favorito.

—....

—Si, y que esta vez el plan no falle.

Mis nervios han estado de punta en los últimos días, las deudas siguen aumentando y mis socios no están dispuestos a soltar un peso más hasta ver las ganancias y los reportes del balance general. Por meses he estado maquillando las cifras reales para evitar que todos se enteren que la empresa está en quiebra. Mi única esperanza es que el estúpido de mi hijo se case con la hija de mi socio.

Podd y Khoi han estado vigilando a los dos ineptos, se separan, pero siempre están en lugares cerrados o donde hay mucha gente. Durante varias semanas he estructurado un plan infalible para hacer que se separen definitivamente y si eso falla, una bala será más que suficiente.

[...]

Narra Gulf.

La alarma ya había sonado y eso significa que tengo que alistarme para ir a trabajar. Hoy es viernes, son las seis y media de la mañana, los brazos de Mew siguen rodeando a mi cuerpo y Chopper está dormido en la cama que le compramos. Todo está en absoluto silencio, las respiraciones son tranquilas y con cuidado intento levantarme sin hacer el más mínimo ruido. Tomo la toalla colgada en el perchero de la pared, saco las prendas que me pondré hoy y las extendí en el baúl que pegamos a la cama.

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