Capitulo 20

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Narra Gulf.

Han pasado varias semanas desde que conocí a la familia de Mew, después de ese día he mantenido buena comunicación con ellos, incluso me han invitado a comer un par de veces y me quedo a dormir. Pensé que la tensión seguiría entre él y yo, pero no fue así. De alguna manera ese incidente quedó en el olvido, aun así, nuestro deseo no se ha ido, sólo fue reprimido. Lo hemos hablado un par de veces y siempre llegamos al mismo punto, dejaremos que el tiempo lo decida.

Ahora, estoy camino al instituto y es lunes, odio los lunes, lo único que me mantiene con vida es saber que tengo dos horas de clase con él. Entré por el portón principal y mis ojos lo vieron, estaba con uno de sus trajes, perfectamente planchado, el maletín colgaba de su mano y a su lado había uno de sus estudiantes. Desde que lo conocí, lo he visto infinidad de veces hablando con ellos, él me ha contado que tiene una amistad con varios de ellos, se acercan a pedirle un consejo o simplemente a platicar unas cuantas cosas.

Es imposible no pensar que fue exactamente lo que nos pasó, pero en nuestro caso, él era quien me buscaba para ayudarme. Fue exactamente una mañana como hoy que nos conocimos, cuando casi me arrolla con su auto y lo maldije varias veces, incluso lo reporté en dirección. Aún no puedo creer que ya han pasado varios meses desde eso, de hecho... ¿Qué fecha es hoy?

—Feliz día.

—¿Qué celebramos?

—Que el semestre se está acabando, y que hace seis meses nos conocimos.

Eso era, fue precisamente hace seis meses cuando nuestras miradas se cruzaron por primera vez.

—Tiene buena memoria, señor Suppasit.

—Nunca olvido algo si se trata de ti.

—Es muy temprano para coquetear.

—Es inevitable si estás conmigo.

—Mew, no empieces algo que no podrás controlar.

—No pienso controlarme de ahora en adelante —se acercó y besó mis labios —te pasaré a recoger en la noche, tienes una cita conmigo.

Se dio la vuelta y caminó entre los pasillos de la escuela, ni siquiera esperó mi respuesta, sabe que diré que si a todo lo que me proponga.

—Parece que hoy será un día interesante.

[...]

Mis clases continuaron sin nada interesante, sólo que Mew no me quitó los ojos de encima en ningún momento, igual que la primera vez. En los recesos estuve con mis amigos y nada fuera de lo común pasó. Cuando acabó la última clase salí del salón y caminé directo al estacionamiento donde vi a Mew recargado en el auto, sus brazos están cruzados y unos leves rayos de sol chocan en su rostro. Si así no se ve el cielo, entonces no sé qué sea. Me acerco a él y tomo uno de sus mechones de cabello que estaba en su frente, lo peino detrás de su oreja y me inclino levemente a ella.

—Te ves tan sexy parado aquí —susurré.

—No empieces algo que no podrás controlar —respondió.

—No pienso controlarme nunca más.

Caminé hacia el lado del copiloto y me adentré en el carro, sólo escuché su risa detrás de mí y subió en el lado del conductor. Puso el coche en marcha y salimos de la universidad. Pasado unos minutos me dejó en la entrada de mi edificio y se fue, vendrá por mí a las siete de la noche para nuestra cita, así que tengo que prepararme.

[...]

El tiempo avanzó demasiado rápido. Llegamos a su departamento y se estacionó frente a la entrada, me extendió las llaves para irme adelantando y así lo hice, entré y mis ojos no lo podían creer. En la mesa había un lindo florero con unos girasoles, algunos globos de helio que adornaban el techo y una gran manta que decía:

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora