Capítulo 23

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Narra Gulf.

Los besos de Mew se sentían tan bien recorriendo todo mi cuerpo desnudo, pero, de repente. un golpe muy fuerte se escuchó cerca de nosotros, ambos volteamos la mirada hacia el lugar de donde provenía el ruido, y nuestros ojos se encontraron con los de las personas que más detesto en esta vida. Sé que debería preocuparme por lo que está a punto de pasar, ya que fui sorprendido en los brazos de mi novio y con claras evidencias de que algo estaba por pasar, pero me importa un bledo lo que ellos piensen, después de todo, no tienen moral para decirme algo, cuando ellos hacían lo mismo desde hace años, cuando mi mamá aún estaba viva.

—¡¿QUÉ DEMONIOS SIGNIFICA ESTO?!

—Lo que estás viendo —dije mientras bajaba de las piernas de Mew.

—¡Eres un cínico desvergonzado!

—¿Yo soy el cínico? ¿Se te olvida que pasó hace cinco años? ¡¿Quién era el que se revolcaba con su amante mientras mi mamá te lloraba todas esas noches?!

Sus ojos emanaban furia e impotencia ante mis palabras, es mi momento de dejar salir todo lo que en su momento no pude decirle.

—¡Cállate!

—¡No! ¡Nunca más me volveré a callar! ¡Estoy harto de ver cómo rebajas a los demás y los insultas, cuando tú eres mil veces peor!

—¡Gulf! ¡Respétame, soy tu padre!

—¿Padre? —reí con sorna —No tienes derecho a llamarte así, sólo eres alguien desalmado y sin principios y valores. Sólo te importan las apariencias —mis ojos estaban que salían volando de mi rostro, el enojo y la rabia salía de mi boca como cuchillas dispuestas a perforar todo a su paso. Mew estaba en shock por mis palabras y de reojo veía que quería decir algo y detenerme, pero sabe que necesito desahogarme por completo. —Durante más de veinte años he obedecido tus órdenes, has manipulado mi vida a tu antojo, me arrebataste lo que yo más amaba en este mundo y me quitaste las ganas de vivir. Aguanté verte con otra mujer, sabiendo que mi madre no llevaba más de un mes muerta, tuve que callarme todas esas veces que me pegaste o me mandabas a torturar con tus hombres. Pero ya no estoy dispuesto a aguantarte más, mi felicidad ya no depende de ti, dejé de ser un niño hace mucho tiempo y me importa un carajo lo que pienses.

—No me hagas hacer algo de lo que pueda arrepentirme después, no sabes de lo que soy...

—¿De lo que eres capaz? —interrumpí —¿Eso ibas a decir? Claro que sé de lo que eres capaz, Somchai Traipipattanapong. Eres la persona más ruin y despreciable que he conocido, que no le importa ensuciarse las manos con tal de lograr lo que quiere.

—Exacto, no le tengo miedo a mancharme las manos con la sangre de mis enemigos, y eso te incluye a ti.

—Adelante, aquí estoy. ¿Me quieres matar? Hazlo, sé un hombre de una maldita vez y mátame tú. Deja de mandar a tus cómplices para hacer el trabajo sucio, ¡Aquí me tienes! ¡Atrévete a matarme, maldito cobarde!

—¡Eres un maldito! —gritó mientras se acercaba a mí con paso veloz, extendió sus manos y quiso tomar mi cuello, pero Mew reaccionó rápido y agarró sus manos, las dobló detrás de su espalda y lo llevó hasta la mesa, donde pegó su cara a la superficie.

—Escúchame bien, infeliz. La última vez que nos vimos te advertí que en tu miserable vida volvieras a ofender a Gulf y mucho menos a alzarle la mano, porque ahora él tiene quien lo defienda.

—¡¿Y tú quién carajo eres?! —preguntó la mujer embarazada.

—¿Quién soy? —rio —Soy el novio de Gulf.

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