Capítulo 25

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Narra Gulf.

Llegamos al lugar donde estaba estacionada la camioneta blanca, Mew empezó a buscar sus llaves en el bolso de su pantalón y no las sujetó bien. Cayeron y rodaron debajo del vehículo, se agachó para buscarlas mientras alumbraba con su teléfono. En ese justo momento, dos mujeres iban pasando y vieron a la persona que se encontraba buscando las llaves, lo observaban fijamente y eso ocasionó que dentro de mi crecieran de nuevo los celos.

Durante todo el día he hecho muchas cosas para que los demás sepan que él es mi novio, pero parece que nada es lo suficientemente claro para ellos. Es hora de poner las cartas sobre la mesa, si después de esto aún lo siguen considerando para su coqueteo, entonces me daré por vencido.

-Ya las encontré.

Se enderezó y puso las llaves ante mis ojos mientras su tintineo sonaba. Las mujeres lo seguían observando, y, sin importarme lo que piensen, vi mi oportunidad y la aproveché. Guardó su teléfono en el bolsillo trasero, jalé con mi mano su camisa y mi lengua y la suya empezaron una lucha por la dominación. Nuestros labios se unieron formando uno solo, su mano subió hasta mi cuello, recorriendo lentamente el camino, enredó sus dedos en mi cabello y levemente tiró de el ocasionando que se escapara un jadeo de mi boca.

-Ah... -Eso lo encendió más y mi cuerpo golpeó la puerta del carro. Ahora me tenía a su merced, igual que el primer día. En esta posición puedo ver la expresión que pusieron las que pensaron que tenían una oportunidad con Mew. Ilusas, él ya es mío. Sus rostros expresaban sorpresa, enojo, envidia y hasta asco, pero no me importa, ahora sólo necesito terminar lo que empecé. Sus labios bajaron a mi cuello y succionaba dejando pequeñas marcas rojas muy notorias. Sus manos tenían a las mías sujetadas y pegadas al auto, definitivamente, él sabe cómo volverme loco. -Mew...

-Si, ¿bebé?

-Ya me cansé de juegos.

-¿Ya se fueron las que estaban viendo?

Mi cara quedó perpleja ante sus palabras. Maldita sea, él las vio, sabía que estaban ahí viendo todo y aun así no se detuvo.

-¿Cómo sabes?

-Todo el día estuviste más cariñoso de lo normal y sentí todas las miradas clavadas en mi espalda, ahí lo entendí todo.

-Yo no soy de tener celos, te lo juro que no, pero esta vez no pude controlarme, lo siento.

-Los celos son algo relativamente normal en una relación, siempre y cuando no sean tóxicos y obsesivos. Si te sientes celoso sólo dímelo, es mejor tener comunicación y no simplemente guardarlo para nosotros.

-Lo sé, la próxima vez lo hablaré contigo.

-Aunque me encantó que marcaras tu territorio durante todo el día.

-Le quiero gritar a todo el mundo que tú ya eres mío.

-Que lo sepan, que yo soy tuyo tanto como tú eres mío.

Ambos sonreímos con burla y unimos nuestros labios una vez más hasta quedarnos sin respiración. El aliento caliente de Mew invadía mi boca y mis dientes jalaban sus labios pidiendo más. Era una guerra que ninguno de los dos estaba dispuesto a perder.

Pegó su cuerpo al mío, movió mis piernas un poco para separarlas y metió su rodilla en ellas, en esta posición, puedo sentir su miembro que empieza a despertar a través de la tela y el mío está ansioso por salir. Los jadeos seguían saliendo de mi boca y una de mis manos fue liberaba mientras la suya se dirigía hacia la cerradura de la puerta trasera del coche. Introdujo una pequeña llave color cobre en la ranura, bajó mi otra mano y sujetó mi trasero con la suya.

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