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Las semanas habían pasado desde el entierro de Lizzie, y _______ no había vuelto a ver a Jerry. Le aterraba; al igual que a él. Durante todas esas semanas, aparte de sus padres por supuesto, _______ solo permitía la vista de Anne; la cual conseguía alegrarla un poco, aunque no mucho. El tema principal de las charlas era el amor descubierto recientemente de la pelirroja hacia Gilbert Blythe y como podría Anne declararse.

El día de la declaración llegó y Anne fue a casa de Gilbert; aunque, al no estar el pelinegro allí, le dejó una carta, la cual jamás llegaría por muchas dificultades a su receptor.

Por otro lado, Stanley había ido a visitar a la que consideraba su mejor amiga y el amor de su vida. Tenía pensado declararse semanas atrás, pero toda la tristeza que emanaban los Laurence-March no se lo permitió. Se había vestido formal para la ocasión, él y _______ darían un paseo por el prado y, allí, hincaría la rodilla. La morena salió de su hogar con un vestido rosa apagado y el pelo suelto. Al ver a su amigo, sonrió un poco y lo abrazó.

Juntos, comenzaron su caminata; disfrutando más de la naturaleza que de las palabras

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Juntos, comenzaron su caminata; disfrutando más de la naturaleza que de las palabras. Llegando al prado, _______ notó como su acompañante parecía estar cada vez más nervioso; pero no decidió preguntar el porqué.

- ¿Qué harás tras todo esto, _______? – preguntó el ruloso para intentar apaciguar sus nervios.

- No sé. Lizzie ya no está con nosotros. Todas mis amigas se irán a Queens a estudiar el año que viene y yo me quedaré aquí por el chasco de examen de admisión que hice. Y ahora, que te has graduado, te irás a unas largas vacaciones. Estoy enfadada e inquieta. Ni me soporto a mí misma. – masculló ella mientras daba pequeñas pataditas a la hierba.

- No tienes porque quedarte aquí, _______.

- ¿Nos fugamos y nos alistamos en un barco pirata? – bromeó. La morena giró para ver a su gran amigo. Stanley se había parado y la estaba mirando; diciéndole con la mirada todo lo que le era imposible decir por palabras. Sabía que apenas se conocían de meses; pero ya conocía de memoria todas sus miradas y perfectamente supo la proposición de esta. – No. No.

- Es inútil, _______.

- Por favor, no.

- _______, tenemos que afrontarlo.

- ¡No!

- Te he amado desde el día en el que te conocí. – decía el chico intentando convencerla – No puedo evitarlo. H-he intentado demostrártelo y no me has dejado lo cual me parece bien. Pero tengo que decírtelo para que me des una respuesta porque no puedo seguir así.

- Stan, por favor. Por favor, basta.

- He dejado de jugar al billar, a las cartas,... A todo lo que no te gusta; y me alegro de haberlo hecho. Está bien. He esperado y nunca me he quejado. Porque... – paró para poder coger aire - ¡Por qué creía que tú me amarías, _______! Y comprendo que no soy lo bastante bueno, y que no soy un gran hombre...

𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐖𝐎𝐌𝐀𝐍 - 𝐉.𝐁𝐀𝐘𝐍𝐀𝐑𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora