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Otro nuevo día de escuela amanecía en Avonlea. Nuestra protagonista se había despertado antes de lo normal; así que, tras vestirse peinarse y desayunar, se fue a la escuela un poco más temprano. Al llegar, sus dos amigos Moody Spurgeon y Charlie Sloane salieron a saludarlas muy contentos.

- ¿A qué tanta felicidad, chicos?

- ¿Se lo decimos, Moody?

- Mejor se lo enseñamos.

- Eh, ¿pero adonde me lleváis? – preguntó la niña mientras era arrastrada por sus dos amigos.

- Hay una sorpresa dentro.

- ¿Qué sorpre...? ¡Gilbert! – exclamó muy sonriente.

- ¡_______! – los dos niños se abrazaron mientras reían. ______ pensó que menos mal que todavía no había llegado ninguna chica, solo ella. - ¿Cómo estás?

- Perfectamente. ¿Y tú? ¿Por dónde has estado viajando, Blythe?

- Se podría decir por todo el mundo.

- Tiene que ser precioso todo.

- No lo dudes. Podría decirse que ha sido la mejor experiencia de mi corta vida.

- Me alegro mucho de que hayas vuelto, Gil.

- Yo también, _______. Y de veros a todos; en el fondo os echaba de menos.

- Hombre, eso espero. – dijo la morena haciendo reír a su amigo.

Tras su pequeña charla, ______ vio a Anne junto a los abrigos y, viendo la mala cara que traía, se acercó junto a Diana a verla.

- Anne, ¿estás bien?

- Me ha pasado la cosa más horripilante del mundo...

- ¿Qué te ha pasado? ¿Te has hecho daño?

- No, no. Es mi pelo... me lo he cortado.

- Seguro que no es tan horrible.

- Soy una monstruosidad, chicas. Más os vale olvidarme para siempre. No querría que cayera también tal humillación sobre vosotras.

- Venga, quítate el gorro. – la pelirroja les hizo caso y se quito su sombrero; dejando ver a la luz su nuevo corte de pelo y sorprendiendo a sus dos amigas.

- Hicimos una promesa: no abandonarte nunca. Diana, ¿puedo coger uno de tus lazos?

- Por supuesto, _______. – Diana le dio uno de sus lazos a ______ y esta lo agarró en la cabeza de Anne. – Además, solo es pelo. Te crecerá pronto.

- No lo bastante pronto. – susurró ella. Diana y ______ empezaron a andar hacia sus respectivas mesas y, Anne, las siguió unos segundos más tardes. Toda la clase abrió la boca sorprendidos por el cambio radical en el pelo de Anne. Anne iba a sentarse delante de ______ cuando vio algo que la sorprendió; o mejor dicho, alguien: Gilbert Blythe.

- Anne. – dijo Gilbert, sorprendiendo a la nombrada.

- Has vuelto.

- Sí. Hola.

- No hay oro. – respondió la pelirroja.

- L-lo sé. Lo he oído. No he venido por eso. Me alegro de verte. – un silencio inundó la sala. La puerta del despacho del Sr. Phillips se abrió y este entró en la clase.

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