Tras el desafortunado incidente, la Srta. Stacy mandó a todos sus alumnos de vuelta a sus casas. _______, Ruby y Diana recogieron sus cosas y se pusieron sus respectivos abrigos para ir a la cabaña del Club de Lectura.
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Las tres iban tranquilamente charlando hasta que llegaron a su destino. O bueno, lo que quedaba de él. La cabaña de madera estaba destrozada, al igual que todos los artilugios e historias que había dentro. Las lágrimas brotaban sin cesar de sus mejillas. Devastadas, giraron al oír unos pasos detrás de ellas. Su amiga pelirroja venía con lágrimas en los ojos. Sollozando las cuatro mujercitas se abrazaron. Al relajarse un poco, decidieron recoger todo lo que pudiesen. Al terminar, suspiraron antes de irse.
- ¿Has dado con Cole? – preguntó la rubia.
- Tiene que estar destrozado, su mirada era... – intentaba decir la morena.
- Ya nada volverá a ser igual. – les dijo Anne.
- Si volvemos a tener un Club de Historias, escribiré una narración trágica sobre esto.
- ¿Vienes, Anne?
- No, me voy a quedar un rato. Espero ver a mi zorro.
- Nos vemos.
Las otras tres chicas intentaron sonreír, aunque solo les salió una mueca, y volvieron a sus casas. _______ no tenía ganas de volver junto a sus padres por lo que decidió dar un paseo. Andando sin rumbo, llegó al cementerio; donde se encontró a Gilbert Blythe.
- Ya no sé que hago aquí, papá. – decía Gilbert mientras miraba a la tumba de su difunto padre. La chica comenzó a acercarse a él, por detrás, lentamente; dejándole su espacio - ¿Qué debería desear? Ojala estuvieras aquí. ¿Cómo voy a hacer todo esto yo solo?
- ¿Gilbert?
- _______... ¿Qué te trae por aquí?
- Intentaba alejarme de la realidad un rato. – dijo la morena a la vez que se sentaba junto a él - ¿Qué ocurre?
- No sé que hacer... No puedo más... – sollozó el pelinegro.
- Déjame ayudarte. ¿Qué necesitas?
- Necesito a Sebastian. Se ha ido y no puedo manejar la casa solo... – la chica lo miró y le abrazó.
- ¿Quieres un consejo? – susurró.
- Me vendría bastante bien...
- Busca a Sebastian y habla con él. Es lo primero que debes hacer.
- Si... Ya sé que voy hacer. Muchísimas gracias, _______.
- No es nada, Gilbert. – los dos sonrieron y se abrazaron.
- ¿Quieres que te ayude yo a ti?
- No hace falta, de verdad. Además comienza a hacer frío y debería volver.
