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La nieve inundaba los alrededores del pequeño pueblo de la Isla del Príncipe Eduardo. Fijémonos en la pequeña escuela de Avonlea. Sentadas y charlando, se encontraban una pelirroja y una morena esperando a su otra amiga pelinegra. De pronto, Diana Barry entró corriendo al aula y se sentó al lado del dúo para contarles las novedades.

- ¿Dónde estabas? – preguntó Anne preocupada.

- Te hemos estado esperando y no llegabas.

- Padre está acatarrado. Tampoco vamos a la fiesta de la tía Josephine.

- ¿Qué?

- Pero... – Anne fue interrumpida por la llegada del Sr. Phillips y _______ tuvo que cambiarse de asiento junto a Ruby Gillis.

- Bueno, cerebritos míos, al libro de lectura; lo retomamos donde lo dejamos.

Ya a la tarde, la morena, la pelirroja, la pelinegra y el rubiofresa estaban en la cabaña del bosque. Cole estaba dibujando; mientras que las tres niñas hablaban de su fallido viaje a la fiesta de la tía Jo.

- ¿No consiste la vida en perseguir lo que te emociona? A ver, ¿qué pasa? ¿Acaso alguien ha muerto de la risa?

- A mis padres y a mí nunca nos había invitado.

- ¿Nunca? – preguntó extrañada la americana.

- Nunca. – recalcó Diana la palabra. – Ah, pero Dios no quiera que padre salga moqueando.

- Me parece una idiotez que las damas no puedan viajar sin compañía masculina. Una mujer sin un hombre es como un pez sin triciclo; no le hace falta. – dijo ______.

- Coincido contigo, mi querida _______.

- Y yo. ¿Y sabíais que en la fiesta actuará una pianista de fama mundial?

- ¿Qué?

- ¿En serio?

- Si, es conocida en... – Diana calló al ver a su amigo como se levantaba bruscamente del suelo.

- Cole...

- ¿Pero qué? ¡Cole! – gritó _______ cuando el chico tiró su cuaderno de dibujos a la pequeña fogata de la cabaña.

- ¿Qué estás haciendo?

- Madre mía.

- ¡Voy a sacarlo de ahí!

- ¡Déjalo! – gritó Cole. - ¡He dicho qué lo dejes!

- Cole, ¿por qué has hecho esto?

- Ya debería estar mejor. – susurró, refiriéndose a su muñeca.

- Y lo estará.

- Solo necesitas tiempo...

- ¡Me quitaron el yeso hace ya semanas! Y no es como antes. ¡Ya no puedo dibujar! – Cole salió corriendo de la cabaña.

- Cole... Es...

- Cole, por favor...

- ¡Cole! ¡Espera! – rápidamente, recogieron sus cosa y salieron tras el chico.

- Cole, no puedes dejar el arte sin más. – le dijo Anne.

- No quiero hablar de este tema. – hablaba mosqueado. – Solo...

- ¿Podría hacer más frío para hacer juego con nuestro humor? – preguntó la chica de las pecas.

- Ese era el tema de la fiesta... Con el tema del verano para espantar la tristeza invernal.

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