Al llegar al aeropuerto, vuelvo a abrirle la puerta mientras baja. Él solo sonríe tímido y avergonzado, me e fijado mucho en eso.Cuando bajamos el equipaje, nos dirigimos hacia adentro a esperar el vuelo que, afortunadamente, no tardó mucho en llegar.
Al estar ya en el avión, le dije que si aún tenía sueño podía dormir libremente, no me parecía correcto despertarlo tan temprano y tal vez arruinar su horario de sueño.Asintió no muy convencido, pero aún así se dejó llevar y con unos minutos quedó profundamente dormido en mi hombro. Dios...mi cabeza va a explotar de lo caliente que está.
[Maratón 2mil lecturas, 5/7]