Me fui a mi habitación y esperé dormir, pero me fue casi imposible, mi sonrojo no bajaba.No sé ni a qué horas, pero logré conciliar el sueño, tal vez ya era de madrugada pues pude ver mis ojeras en el espejo del baño cuando amaneció.
Parecía un zombie.
Aún así, no tenía que desviarme de mi objetivo ese día, darme a Mex uno de los mejores días, lo primero obviamente sería un rico desayuno.
No tardé mucho en la cocina, ya iba a mitad de la preparación cuando siento una presencia muy cerca mío. Me giro y doy un grito al encontrarme a México.
O moriré de ternura por su pijama, o por un susto.