❤️Capitulo 42❤️

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Llegamos al puesto y pedimos dos algodones, lastimosamente solo quedaba uno.
Sentí una presión en el pecho al ver la carita alegre del pequeño latino cambiar a una triste.

No pude más y hablé.
— Tómalo tú, a mi no me gusta mucho el azúcar...
Mentí ligeramente, la verdad el azúcar es mi debilidad....y creo que también México.

Negó con la cabeza y se apuro a escribir.

“¿Qué tal si lo compartimos?”
Me muestra una pequeña pero magnífica sonrisita.

Siento mi cara arder para luego asentir levemente, oh dios.
Una vez el algodón entregado, ambos comimos con pena y felicidad de el.

Voto de SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora