Los nervios me invadieron de a poco, había quedado embobado con la bella criatura frente a mí.Vi como empezaba a escribir en la libreta que traía tras notar mi retardo. Simplemente no podía dejar de mirarlo y contemplar su belleza.
"Iré a la cafetería que me mostraste la vez pasada, ¿Me acompañas?" escribió en chino.
¿¡EHHHHH!?
No, espera, ¡Eso tenía que decirlo yo! ¡No es justo!.
Solo sentí mis mejillas calentarse y mi cabeza asintiendo frenéticamente.
—Me encantaría a-acompañarte, M-México...
Dije como pude.
Fui testigo de una linda sonrisa de su parte y juntos emprendimos camino al café.