No sé en que momento sucedió, pero finalmente habíamos salido de aquellas instalaciones, juntos.Después de ese momento tan hermoso, (que llamó la atención de muchos) todos fueron saliendo.
Como si de telepatía se tratara, estoy seguro en que ambos estuvimos de acuerdo en que deberíamos salir y pasear por las bellas calles de Tokyo.
¿Qué puedo decir?, Fue mágico, magnífico.
Tener las flores de cerezo cayendo por el viento mientras seguíamos el sendero del parque fue una de las mejores experiencias en mi vida.Y su carita cuando me ofrecía de los chocolates que le había dado, o sus mejillas sonrojadas cada vez que muestras manos se rozaban.
¿Yo? Yo moriré feliz.