Hades y Perséfone. ???? [Editando]

Baile de primavera.

—¿De verdad tenemos que ir?

Hades se encontraba tirado boca abajo sobre la cama mientras Perséfone abría las ventanas y la luz entraba. Ya era tarde, pero la noche anterior se habían desvelado bastante.

—Claro que si. Todos irán.

—Si, pero yo no soy como todos.

Hades se sentó en la orilla. Estaba completamente desnudo y llevaba el cabello despeinado. Su piel era tan blanca y su cuerpo estaba perfectamente torneado. Perséfone lo miró y se quedó un momento embobada.

—¿Qué pasa?—Cuestionó el dios al verla tan concentrada.

La verdad era que ella prefería quedarse en la cama con su esposo, pero la carta de Hera no les daba opción. La pelirroja se sentó sobre las piernas de su esposo y rodeó su cuello con ambos brazos.

—Nada, solamente veo que mi esposo es muy guapo.

—Qué va, tú eres la mujer más hermosa del universo entero. Soy muy afortunado.

Ambos se miraron a los ojos durante unos segundos. Sabían lo que querían, pero ya era algo tarde, así que simplemente se besaron.

—¿Qué llevarás puesto?—Preguntó Hades.

—Mi vestido rosa pastel y unas zapatillas, ¿Por qué?

—Te verás hermosa.

—Que bobo.

Perséfone besos la punta de la nariz de su compañero y se levantó rápidamente para cambiarse.

Sacó un bonito vestido rosa de su armario, Hades se lo acababa de dar hacía unos días. Era sin tirantes y escotado. Pegado y lleno de brillos.

Se cambió y después comenzó a cepillar su largo cabello rojo. Hades la observaba con atención aún desde la cama.

—Creo que algo hice bien para tenerte.

—¿Secuestrarme?—Dijo la diosa mientras se giraba a mirar a su esposo y alzaba una ceja.

—Muy graciosa.—Dijo él y se levantó, yendo hasta el clóset y sacando un pantalón de vestir negro y una camisa del mismo color.

El cabello de Hades también estaba ya un poco largo, pero a Perséfone le gustaba, porque podía enredar sus dedos en el cuando su esposo le hacía el amor.

Después de unos minutos, ambos dioses estaban listos para salir de ahí.

Antes de abandonar el castillo, Hades acarició el cabello de Perséfone y le puso un broche dorado con un rubí en medio.

—Gracias.—Dijo ella, sonriendo.

—Lo mejor para mi reina.

En el Olimpo la tensión entre Hera y Zeus era enorme. Hebe acababa de llegar junto a Deméter. Ésta última decidió sentarse un poco alejada de los demás.

—Hola cariño.—Dijo la diosa de la primavera antes de besar a la joven en la frente.— Te ves hermosa.

—Hola tía.—Saludó amablemente Hebe.— He visto a Perséfone hace unos días, se ve increíble y además feliz con el tío Hades.

Las intenciones de Hebe eran relajar un poco a Deméter, sin embargo pudo notar como el ceño de su tía se fruncía un poco.

—Ya veo, me alegro.—Dijo finalmente la diosa.

—Espero vengan a visitarnos cuando Pers esté contigo, será divertido.—Dijo mientras se empezaba a alejar.—Debo buscar a Ares para arreglar algunas cosas. Nos vemos, tía. Fue un placer saludarte.