Mente.

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Los días pasaron desde que Hades había contraído matrimonio con esa odiosa y horrorosa diosa pelirroja. Días en los que, Hades no la había buscado para nada. Ni siquiera para hablar sobre su trabajo o administración. Eso era extraño.

Mente estaba molesta por la situación. Aún recordaba la imagen de Hades en el altar y cómo había mirado a Perséfone cuando ésta apareció con ese despampanante vestido costoso que sólo un dios podría comprar. Había odiado el beso, su pecho aún dolía por aquella imagen. Lo peor fue estar en primera fila, hubiese preferido retirarse pero, a sus costados se encontraban las tías de la pelirroja. Juraría que Hestia y Hera la miraron de reojo y sonrieron cuando pasó lo del beso.

No entendía bien del todo por qué Hades se había casado con la diosa. Quería creer que era por estatus o algo similar, porque él y ella llevaban muchísimo tiempo estando juntos. Aunque él jamás la presentaba como su pareja o novia.

Los pensamientos de la ninfa revoloteaban en su cabeza mientras caminaba a través de los campos Elíseo. Deseaba hablar con su amado y aclarar las cosas, ella no estaba dispuesta a perderlo. No le importaba si tenía que compartirlo con ella, lo haría con tal de mantenerlo a su lado.

Su cabeza estaba empezando a doler por tanto pensar. ¿Es que Hades no la amaba? eso no podía ser real. Él había sido tan amable y tan dulce todo ese tiempo.

De pronto escuchó voces cercanas. La ninfa se encontraba en el pequeño bosquecillo de los campos. Aquellas voces le parecieron conocidas, por lo que espiando entre los arbustos, notó que Hades caminaba junto a su hermano Zeus. Se veían bastante tranquilos.

—¿Cómo va todo?—Preguntó Zeus. Se le notaba bastante curioso—. No quise venir a verte después de la boda... seguro estabas muy ocupado.

El dios del rayo deslumbraba su buen humor, y con cada broma le daba una ligera palmada a Hades en su espalda.

—Hiciste lo correcto—Hades asintió—. Sí, hemos estado ocupados.

—¿Y para cuando mis nietos?

La pregunta voló en la brisa que soplaba en el bosquecillo. Hades miró a su hermano y alzó una ceja. Mente sintió que le dolía el estómago al escuchar aquello, "Por favor, por favor no respondas" pensaba. No estaba segura de lo que diría Hades bajo presión de Zeus.

—No lo hemos hablado—El dios del inframundo se encogió de hombros.

—Increíble. Necesitan bebés—Zeus estaba muy animado ante la idea—. Necesitamos más dioses. Apuesto a que tu hijos serán interesantes.

La insistencia del dios le molestaba a Mente. No se imaginaba en absoluto a Hades siendo padre, y si lo hacía, esperaba que fuera con ella y no con esa diosa.

—Zeus, hermano—Empezó a decir Hades—. Me parece que ese tema sólo nos concierne a Perséfone y a mí.

Hades le dio un ligero empujón a su hermano y sonrió.

—Ella me mataría si te digo cualquier cosa.

—¿Cómo te trata? quiero decir, me preguntaba si se parecía a Démeter en carácter.

—Es increíblemente dulce—Hades negó—. No pareciera hija de nuestra hermana.

—Ya veo—Zeus asintió—. Hera me lo había dicho hace tiempo cuando organizaba sus citas. Decía que Démeter siempre arruinaba los avances que ella llegaba a hacer. Aunque sé de antemano que Apolo y Eros quedaron fascinados con tu mujer.

—Si bueno—Hades se encogió de hombros—. No puedo culparlos. Ella es realmente tierna y además muy hermosa.

—¿Y qué hay de esa ninfa?—Zeus alternaba su peso entre su pie izquierdo y derecho, restándole importancia a la pregunta.

Hades y Perséfone. ???? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora