Teseo y Pirítoo. 1

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Teseo era un joven fuerte y musculoso. Era hijo del rey Egeo de Atenas. Su infancia había sido muy tranquila junto a su madre y a su abuelo, hasta que tuvo que regresar junto a su padre el rey de, quien lo había escondido pues había muchos queriendo tomar el trono y su hijo no estaba a salvo ahí.

Él vivía feliz en Atenas, sin embargo la ciudad debía dar tributo al rey Minos, de Creta.

Lo que pasaba allá, es que la esposa del rey se había enamorado perdidamente del Toro de Creta. La bestia había sido dada por el hermano de Zeus, Poseidón cuando el rey mismo había rogado su ayuda, para que su pueblo lo aclamara.

El Toro era enorme y blanco. Era hermoso, y el rey había prometido sacrificarlo en nombre del dios. Sin embargo la bestia era tan magnifica que decidió no hacerlo, y en su lugar mató un toro diferente.

Poseidón no era conocido por su buen carácter, y se dio cuenta de aquello. Furioso insito a la reina Pasífae a sentirse atraída por la bestia.

La mujer deseaba tanto al Toro, que pidió ayuda a Dédalo, quien era un arquitecto muy hábil. Su misión era lograr que la reina pudiera yacer con el animal. Éste, bajó sus órdenes fabricó una vaca hueca, por fuera tenía piel real de animal y estaba muy bien hecha. La reina entró en esa vaca y tuvo relaciones con el Toro.

Curiosamente quedó preñada, y de ella nació una bestia temida, que al verla el rey, pidió de igual manera al arquitecto que hiciera un enorme laberinto. Tan confuso que incluso él mismo Dédalo debía tener cuidado de no perderse mediante su elaboración. Y la bestia vivía ahí, siendo alimentada por los tributos que al rey se le daban, y así fue como Teseo le pidió a su padre poder ir y matar a la bestia.

Las naves en las que iban a viajar las personas ofrendadas llevaban velas negras como señal de luto, pero el rey pidió a Teseo que si regresaba vencedor, no olvidase cambiarlas por velas blancas, para que supiera, aún antes de que llegase a puerto, que estaba vivo. Teseo se lo prometió.

Cuando llegaron a la ciudad, la hija del rey se enamoró profundamente del joven, y se ofreció a ayudarle a derrotar y matar a su hermano, pero él debía llevársela y casarse con ella. La muchacha era muy bonita, él aceptó aquello y la princesa lo ayudó. Le dio un ovillo de hilo, para que fuera estirándolo mientras iba a través del laberinto, así no se perdería.

Teseo hizo aquello con el hilo, amarrándolo a la puerta del laberinto. Camino hasta que encontró a la bestia y con su fuerza bruta le dio fin. Saliendo victorioso y con los demás tributos de aquel lugar. Inmediatamente regresaron a Atenas, llevando con él a la princesa.

Teseo tenía a su mejor amigo Pirítoo, con quien había peleado cuando se habían conocido, pues Pirítoo había tratado de robarle al joven, sin embargo los dos se llevaron bien de alguna extraña manera.

Estaban los dos sentados sobre los campos que rodeaban Atenas. El día era aburrido y ambos mantenían su vista sobre las nubes blancas que pasaban sobre la ciudad.

—Oye Teseo, estoy aburrido. Deberíamos hacer algo.
—Si bueno, ¿qué tienes en mente?—Dijo el peli negro mientras miraba a su amigo de re ojo.
—Bueno, se me ocurrió que ambos deberíamos buscar una esposa nueva.

Teseo sólo alzó una ceja ante el comentario de su compañero, éste se sentó sobre el césped, algo más entusiasmado que antes.

—¿Que te parece si son las hijas de Zeus?
—¿Que? Creo que el sol te hizo daño.—Dijo Teseo.
—Qué va, tiene que gustarte alguna.

El muchacho se puso a pensar, y había una joven que llamaba su atención. Era hija de Zeus y la más hermosa de todas; Helena.

—De acuerdo, suena peligroso y como una gran aventura.

Hades y Perséfone. ???? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora