Detrás de aquel enorme arbusto, se encontraba una ardilla herida, tenía su pata trasera atorada entre una roca y el suelo. El animalito chillaba con desesperación y jalaba su cuerpo, lastimándose aún más.
Perséfone estaba acostumbrada a curar a los animales del bosque, así que lentamente se acercó. La ardilla se quedó quieta al mirarla, parecía asustada.
—Hola amiguito... Parece que tienes problemas.
Se arrodilló y con cuidado levanto la roca. La pequeña ardilla no podía caminar, así que Perséfone la tomó entre sus manos y con cuidado comenzó a limpiar la sangre con su vestido.
—Debes tener más cuidado... Sé que eres valiente—Esbozó una media sonrisa— Pero debes ser más cuidadosa... Ahora, déjame curarte.
Mente escuchó ruido en los arbustos detrás de ellos.
—Creo que hay alguien aquí cercas—Susurró la ninfa.
—¿Huh?
El dios la apartó para ponerse en pie y espiar a través de los arbustos.
Vieron a la diosa arrodillada en la tierra y con algo en manos, Hades sintió un calor creciente en su pecho al mirar a Perséfone. Se arregló la ropa y el cabello e hizo que Mente se pusiera su ropa.
—¿Qué se supone que haces? Ibas a pasar tiempo conmigo.
—Será después, no puedo dejarla vagar sola por todo mi reino.
—Yo creo que ya es lo suficientemente grande para cuidarse sola.
Mente estaba molesta. Hades ahora parecía muy ocupado y ya ni venía a ella tan seguido como antes, y todo eso era culpa de aquella joven, por primera vez, la ninfa la analizó. Era pequeña, con cabello rojizo y tez blanca como la leche, sus ojos eran de color miel y un montón de pecas cubría sus mejillas.
—Hasta luego, Mente.
El dios se apresuró a salir de entre la hierba, asustando así a Perséfone y a la ardilla. Ambos lo miraron con sorpresa.
—¡Hades! Te estaba buscando.
—Pequeña Perséfone.—Dijo Hades mientras la levantaba sujetándola por la cintura y con cuidado.
—Encontré a éste amigo, y está herido.
—¿Lo curarás?
La joven lo miró y asintió levemente. Entre sus manos una pequeña luz amarilla brilló, la ardilla parecía haber sanado del todo.
—Pero, no debes esforzarte mucho.—Le dijo al animal.
Hades miró con ternura a la joven. Era tan dulce y hermosa. Estar con ella le hacía sentir feliz, cosa que pasaba muy de vez en cuando, de hecho hacía mucho que no era feliz.
De entre las hierbas salió Mente, arreglándose aún el cabello y el vestido.
—Señor Hades.—Saludó al dios mientras se acercaba a él y besaba su mejilla.
—Mente.La ninfa se colgó del cuello de Hades y miró a Perséfone.
—Así que tú eres la diosa de la que todo el mundo habla.
—Me llamo...
—Perséfone.—Interrumpió Mente—Si, al fin te conozco.
El silenció se hizo presente después de esto, hasta que la ardilla chilló y saltó de los brazos de la pelirroja, cayendo al suelo y mirándolos una última vez antes de desaparecer entre los árboles.
—No sabía que había ninfas como tú en el inframundo.—Comenzó a decir Perséfone.
—Si bueno, soy la única en mí clase.—Exclamó Mente mientras miraba a Hades y le guiñaba un ojo.
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Hades y Perséfone. ???? [Editando]
FanfictionCuando el dios del inframundo decidió dar un largo paseo atráves del precioso bosque en donde su hermana Deméter habitaba junto a su hija, notó la belleza de una nueva flor, la más hermosa y virgen flor que jamás sus ojos habían visto. su deseo por...