Problemas.

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—¿Cómo que escapó? Zeus, estamos en serios aprietos si es así.

—Ya lo sé.—Zeus estaba estresado y Hera no ayudaba en nada.— Necesito que llames a todos. No hay ningún dios a salvo.

Hades estaba frente a la ventana de la sala, estaban en la mansión de Zeus y ya había varios ahí.

—La última vez batallamos demasiado para poder encerrar esa cosa.—Atenea portaba su armadura y parecía lista para pelear.— Y no creo que sea tan descuidado como antes.

—Debemos hacer un plan, pero para eso necesitamos a todos aquí.—Dijo Poseidón.— debo ir por mi esposa... aunque no sé si aquí sea el lugar más seguro.

En ese momento Hades empezó a ir hacia la puerta del cuarto, tenía que ir por Perséfone y ponerla a salvo antes de que algo malo le pasara.

—Iré por Deméter y los demás.—Dijo rápidamente mientras abría las puertas.

—Tú te quedas aquí.—Ordenó Zeus.— Si el Olimpo es atacado, solamente nosotros podríamos hacer algo.

Hades miró a Poseidón, quién también estaba a punto de irse. El dios del mar asintió y volvió a su lugar.

—Hera irá por ellos y Atenea, ve por Anfitrite.

Fue lo único que dijo Zeus, y ambas diosas salieron de la mansión a toda prisa.

El bosque estaba cerca de la puerta, y aunque Zeus pareciera tranquilo, seguramente estaba igual de preocupado que su hermano.

—¿A dónde vas?—Preguntó Perséfone.

—Iré a ver qué sucede. El bosque llora.—Dijo Deméter mientras iba hacia la puerta.

—Será mejor que no nos movamos, hermana.—Hestia estaba sentada y bebía un poco de té.

—Lo que dice mi tía es verdad, mamá no salgas.

—Si prefiere.—Empezó a decir Hermes.— Volaré sobre el bosque y le diré si veo algo raro.

—Ni hablar.—Hestia dejó su taza de té sobre la mesita de la sala y se levantó.— Nadie irá a ver nada, Hera ya fue a investigar y vamos a esperarla.

Deméter no estaba de acuerdo. Pero la mirada temerosa de su hija la calmó un poco.

Hera estaba cerca ya de la mansión, sin embargo, por su camino se cruzó un joven. Estaba completamente desnudo y manchado de sangre. La diosa se detuvo.

—¡Hey! ¿Estás bien?—Dijo ella alzando la voz.

El muchacho no dijo nada y sólo alzó su vista para mirar a la rubia. Sus ojos eran color carmesí y su piel era blanca como la nieve.

Hera tuvo un mal presentimiento. Se acercó un poco, sin bajar la guardia.

—¿Estás herido?

—Sigues siendo igual de hermosa, Hera.

La voz profunda del chico hizo que la piel de la diosa se erizara. Retrocedió de inmediato, sus instintos le advirtieron huir, pero sabía que si le daba la espalda, no volvería al Olimpo.

—¿Cómo es posible? ¡Estabas encerrado!

—Oh, me recuerdas.. o al menos a mi creador.

—¿Tu creador? ¿Qué quieres decir?

Él simplemente hizo caso omiso a sus preguntas y se lanzó rápidamente sobre la diosa. Hera soltó un grito de dolor y después calló.

Mientras tanto, en el Olimpo Zeus seguía dando órdenes, se preparaban para esa "guerra" que él estaba seguro iba a comenzar.

Hades y Perséfone. ???? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora