La despedida.

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A la mañana siguiente, Pers fue llevada por Hera a las mejores tiendas del Olimpo. Definitivamente la diosa quería lo mejor para su sobrina. El objetivo de Hera era que la pelirroja se probara distintos y variados vestidos de boda.

La mayoría de ellos le lucían bastante bien gracias a su cabello rojizo como el fuego y su esbelta pero perfecta figura.

—¿Cómo te sientes con todo esto?—Preguntó la rubia mientras ambas esperaban a que les entregaran el vestido elegido.

—No sé cómo debería sentirme, sinceramente—La mirada de Pers estaba perdida a través del enorme ventanal que estaba en el frente de la elegante tienda.

—Imagino que no debe de ser fácil—Hera esbozó una media sonrisa cuando recuerdos de su boda vinieron a su mente—. Creo que a ambas nos a ocurrido algo similar.

—¿De verdad?—la atención de la pelirroja ahora se posaba sobre su compañera.

—Al principio no deseaba casarme con Zeus. Pero, fue bastante insistente hasta que lo logró—El semblante de la diosa se entristeció al recordar aquellos días en los que su esposo se dedicaba solo a ella.

—¿Y cómo es estar casada?

—Bueno, es lindo cuando hay amor mutuo. Creo que de lo contrario, se vuelve un infierno.

Perséfone se quedó en silencio y pensando. No estaba segura de amar a Hades, a pesar de que lo encontraba atractivo y que, su forma de ser era tan tierna y amable, se preguntaba su todo aquello no sería solamente cariño.

—Pero tú tranquila mi niña—Continuó diciendo Hera—. Se ve muy de lejos que Hades se derrite por ti.

La pelirroja se sonrojó notoriamente. Aunque en segundos se sintió ligeramente agobiada por los recuerdos de Mente. Estaba segura de que ella y Hades seguían viéndose de vez en cuando.

—¿Qué pasa?—Hera alzó una ceja al ver la expresión de su compañera.

—Es solo que...—Comenzó a decir la joven diosa mientras jugaba con los mechones de su cabello que caían sobre sus hombros—. Bueno, hay una ninfa que...

Ni siquiera terminó de hablar cuando Hera abrió los ojos como platos. Los temas referentes a las ninfas le enfermaban, pues su esposo ya se había liado con bastantes de ellas.

—¡Una ninfa! Por Gea. debiste empezar por ahí, querida—Hera pasó sus manos sobre su bien peinado cabello. Estaba exasperada—. Escúchame bien, Pers Las ninfas son mujeres, en su mayoría atrevidas cuando alguien les interesa. ¿Qué pasa exactamente con esa mujerzuela y Hades?

Perséfone trató de ocultar su nerviosismo ante la pregunta de Hera. Recordó lo del bosque y su estómago le dolió. Era más que obvio que ambos estaban juntos, además en alguna ocasión llego a ver un cabello negro y largo como el de ella sobre la ropa de Hades.

Mientras tanto, en el inframundo Hades estornudó. Seguramente alguien estaba hablando de él mientras estaba en compañía de la susodicha.

Para el dios las cosas eran simples, no estaba casado aún, por lo cual, no veía tan mal el hecho de ver a Mente a escondidas de Perséfone.

—¡Tú eres la futura reina del inframundo, tú eres una diosa Perséfone!—Hera estaba notablemente exaltada.

—¿Y qué se supone que yo pueda hacer? ¿Matarla?

—Eso sería demasiado fácil, Pers—Hera se mordió el labio inferior momentáneamente y después sonrió—. Humíllala, no te despegues del inútil de mi hermano. ¡Que arda en celos la zorra!

—Yo no soy así...

—Por Gea, Perséfone ella te humilla a ti cada que mira a Hades. No le tengas piedad—La diosa esbozó una amplia sonrisa al recordar su poca piedad en la mayoría de las amantes de Zeus. Incluso recordó al pobre de Heracles, aunque ahora estaba felizmente casado con su pequeña y dulce hija.

Hades y Perséfone. ???? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora