Fuera del Olimpo.

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Para encontrar el paradero de ambas diosas tuvieron que llamar a Helios.

—Lo vi todo.—Dijo él.— Vi como ese monstruo acabó con Hera, Hestia y Deméter de un sólo golpe.

—Lo sabemos.–Zeus estaba recargado contra una pared.— Hades, Poseidón, Ares, Atenea y yo iremos a buscarlas.

—No sé si sea suficiente.—El dios del sol se cruzó de brazos y cerró sus ojos, recordando a Behemot en la pelea.— Diría que tiene la fuerza de un titan, es rápido. Y tú sabes que tan fuertes son tus hermanas.

—Pero no podemos esperar. Ésta cosa representa un peligro para todo, nadie está a salvo.

–Entonces Efesto debe trabajar duro en hacerles algo bueno.—Helios subió nuevamente a su carruaje.— No pienses que es Cronos o Tifón... esto es diferente. Quizás puedas llamar a algún amigo o aliado de tierras lejanas.

Zeus no respondió a aquello. El carruaje se alejó y el dios del rayo regreso dentro de la mansión en donde ya le esperaba un Hades ansioso.

Ya habían pasado varias horas desde que Behemot había secuestrado a las diosas y quién sabe qué estaría planeando hacer con ellas.

–¿Y bien? ¿Qué dijo Helios?—Preguntó rápidamente Hades.

—Cree que necesitaremos ayuda y me temo que tiene razón. No podemos ir sin tomar medidas.

—¿Quieres que esperemos? Zeus, no sé si Perséfone está bien, o quizás herida... no puedo esperar.

—Hades, tienes que mantener la cabeza fría por ahora.—Zeus se veía agotado y estresado.— Si pudo vencer así a nuestras hermanas.. a ellas quienes nos ayudaron a derrotar a papá, debemos tener cuidado.

—¿Y qué sugieres?—Poseidón acababa aparecer, pero ya había oído suficiente para entender que estaban en aprietos.

—Bueno.—Empezó a decir Zeus.— Hécate y yo investigamos un poco sobre de dónde viene Behemot exactamente. Hace tiempo, años después de derrotar a papá, hubo alguien que pidió nuestra ayuda —El dios miró a Hades.— ¿Si recuerdas? Vinieron de tierras lejanas, más allá del mar. Supieron de Tartărus y su impenetrable presión... querían que mantuviéramos a esa cosa encerrada para siempre.

—¿Y eso cuándo pasó que no supe?–El dios del mar frunció el ceño.

—Sólo fuimos Zeus y yo.—Respondió Hades.— Estábamos extasiados por la victoria contra Cronos y no le dimos importancia a encerrar esa cosa... no creímos que fuera tan... monstruoso.

—El punto es, que nunca lidiamos con esto. Pero, hay gente allá al otro lado del mar que sí... y necesito saber cómo detenerlo... como matarlo.

La determinación de Zeus era muy notoria. Y con justa razón, el reinado de los olímpicos era ya largo y no estaban dispuestos a rendirse.

—Yo creo que deberían acudir a su madre.

La voz de Hécate y su propuesta llamaron la atención de los hermanos. La diosa estaba recargada contra el marco de la puerta y mantenían sus brazos cruzados.

Los dioses tenían mucho tiempo sin hablar con su madre, pues algunos problemas habían surgido después de haber derrotado a su padre Cronos.

—Quizás podríamos.—Dijo Hades, más para él que para sus hermanos.

–Si prefieren puedo ir yo.—La voz de Hécate era tranquila.

—Si.

Los tres hermanos respondieron al unísono. Se miraron unos segundos, un poco apenados. Pero esa era la mejor forma.

Hades y Perséfone. ???? [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora