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Solo fue necesario un intercambio de miradas para que quisiera salir corriendo de ahí.

El temor inundó su cuerpo, él sabía lo que significaba aquel sentimiento en su pecho. Había escuchado mil historias sobre ello, y aún así, parecía algo totalmente raro y difícil de creer.

Su corazón antes roto y dolido, parecía fingir ignorancia ante el daño, y latía con fuerza como buscando salir de su pecho. Su olfato se agudizó, descubriendo finalmente el olor que tanto perseguía.

No obstante, lo que lo ató a mantenerse ahí, fueron aquellos ojos brillantes, que parecían soltar luz incluso entre tanta niebla.

Él sabía que tenía miedo, sabía que deseaba huir, y su cuerpo estático no demostraba lo contrario.

Notó como el joven le daba una sonrisa completamente rota, resignado a un futuro rechazo de su parte. Supuso que fue aquel gesto el que hizo que su parte racional se quedara ahí.

Habían pasado minutos en los que solo se mantuvo ahí, de pie, preparado para hacer caso a su cobarde ser y salir corriendo para no afrontar que había encontrado a la persona con la cuál debía unir su vida.

Minutos en los cuales su lobo aullaba en molestia, por no lanzarse en brazos de quién en otra vida tuvo que ser su pareja. Minutos en los que el joven lloraba, lanzando miradas discretas hacia al frente, para confirmar si él aún permanecía ahí.

Cuando dejó de hacerlo, y volvió a envolverse en un abrazo, Yoongi supo que no se podía ir.

Escuchó los sollozos del joven intensificarse al ritmo de la lluvia, y se sintió miserable por pensar en dejar sola a la persona más destrozada que había visto.

-Si te quieres ir solo hazlo, deja de verme como idiota.

La voz ronca y rasposa lo sorprendió, dando una mirada incrédula al muchacho, pero su sorpresa duró poco al entender lo que decía.

-No me digas idiota, no es fácil asimilar... esto.

-¿Y tú crees q-que para mi lo es? - respondió el contrario mientras lo enfrentaba con la mirada, sus ojos hinchados producto del llanto.

-N-no lo sé, yo... no lo sé.

Su voz sonó baja y rota, lo suficiente para darse cuenta de que durante todo este tiempo estuvo aguantando sus ganas de llorar.

Era demasiado. Descubrir que había sido ilusionado y que tenía un destinado era lo máximo que podía soportar.

Sintió sus lágrimas recorrer su rostro, siendo más cálidas que el agua de lluvia que recorría sus mejillas desde hace rato.

Se sentía mal, miserable y estúpido. El omega no se equivocó al llamarlo idiota.

Una mirada más entre ambos fue suficiente para que el alfa por fin decidiera qué debía hacer.

La respuesta era fácil: ignorarlo todo y ponerse a llorar.

Y eso hizo. Se sentó junto al omega, y sin saber cómo ni el momento exacto, sintió el cuerpo ajeno recostarse a su lado, llorando, dándole aquella compañía que no sabía que necesitaba.

Fue entre lágrimas, lluvia y dolor, que dos almas se reencontraron, dispuestas a reparar el daño que habían recibido horas antes.

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Todo por hoy, trataré de actualizar seguido. Espero les guste, estaré esperando sus comentarios y votos.

Besitos, feliz noche ✨💜.







Editado 02/08/24

Conocidos •YoonTae•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora