-Lamento eso, no pensé que Hyejin-noona se pondría a la defensiva. - escuchó del menor.
Lo observó con una sonrisa, negando con la cabeza buscando mostrar que aquello no le había molestado. De hecho, lo entendía, la fémina solo lo había visto una vez y fue justo cuando su amigo lo había besado, debía sentirse confundida y preocupada al desconocerlo. O tal vez solo le caía mal, pero tampoco podía hacer mucho al respecto.
-¿Cómo te sientes? ¿Tu pierna está mejor? - preguntó, buscando cambiar de tema, celebrándose internamente al ver que el omega parecía satisfecho con eso.
-Me siento bien, dicen que fue una fractura muy leve, así que solo tendré que usar este yeso un par de semanas. - respondió, haciendo que su vista se fuera a la pierna derecha del omega.
Parecía doloroso, pero la sonrisa del menor hacía parecer que aquel yeso era simple decoración.
-Deberás tomar reposo. - dijo, más como afirmación que pregunta, ganando un asentimiento del rizado.
-Si no lo hago tardará más en sanar, pero tampoco me alegra mucho saber que no podré trabajar con los demás, era una buena oportunidad.
Ante el desanimo que apareció en su rostro, Yoongi instintivamente colocó su mano sobre la del castaño, buscando darle consuelo.
Recibió una mirada de sorpresa, unas mejillas ligeramente sonrojadas, y seguidamente una pequeña carcajada que alborotó a su lobo.
-Habrán otras, lo más importante es que te recuperes. - respondió, sonrojándose un poco al recibir la sonrisa cuadrada del omega. - Ten, el señor Kim lo compró para nosotros, no sabíamos qué te gustaría así que pedimos algo ligero.
Apenas dijo eso el omega pareció emocionarse, soltó con delicadeza el ramo que tenía aún en sus manos en la pequeña mesita al lado de la camilla, antes de agarrar la bolsa que el peligris le ofrecía.
Sacó la comida de ambos, decidiendo quedarse con la ensalada de frutas y el pequeño emparedado, dejando para él los panqueques y el café.
Comieron en silencio, entre algún que otro comentario, pero sin poder sostener la mirada del otro por mucho tiempo.
Para Yoongi, los nervios e inseguridades que se disiparon al entrar estaban volviendo, en especial al recordar los rostros de enojo de los amigos del omega. Sin embargo, disimulaba muy bien, al igual que lo hacía con las miradas furtivas que lanzaba al menor, deleitándose con la vista del castaño llenando sus mejillas con comida.
Era demasiado tierno.
-Suga ¿puedo preguntarte algo? - habló el castaño, llamando su atención.
Terminó de tragar el último trozo de su desayuno, tomando un poco de café para no atorarse, lo único que le faltaba para avergonzarse con el omega era ahogarse con un panqueque y definitivamente no quería eso.
Asintió, recibiendo la pregunta tan rápido como lo hizo.
-¿Cómo supiste que me sucedió algo? Q-quiero decir... no es la primera vez que sentimos las emociones del otro pero esta vez ni siquiera pude responder, así que ¿Cómo pudo venir aquí? - dijo, hablando rápido, tal vez pensando que si se tardaba el alfa ya no querría responder.
Yoongi se quedó callado unos segundos, pensando en la respuesta.
-Primero, fueron dos preguntas. - dijo, con una mueca burlona que hizo sonreír al castaño. - Bueno, fue bastante... raro. Yo estaba en... - siguió, callándose al pensar si debía decirle sobre la entrevista o no, pero ante la vista expectante que le otorgaba, continuó. - estaba en una entrevista con el señor Kim.
El omega se sorprendió, demostrándolo en cada gesto de su rostro, cosa que le causó gracia.
-Durante la entrevista me empezó a doler el pecho, supongo que sentí tu miedo, así que me levanté dispuesto a salir a buscarte, pero mi... lobo me lo impidió. - dijo, recordando sus emociones en aquel momento de preocupación. - Iba a salir, pero él estaba quieto, atento a algo que estaba seguro iba a suceder. No pasó mucho antes de que la secretaria entrara diciendo que sus empleados sufrieron un accidente, y apenas escuché eso pedí venir con ellos.
Vante parecía analizar las palabras, entre confusión y sorpresa, pero sin quitar su mirada del alfa.
-Fue un poco complicado explicar porqué debía venir, de hecho, quiero disculparme, rompí la regla de no revelar que somos destinados, pero el señor Kim pedía respuestas y no pude negarme luego de que accedió a llevar a un desconocido a ver el accidente de sus empleados. - y justo cuando dijo eso, la sangre pareció estancarse en las mejillas del omega.
-¡El jefe Kim! No puede ser ¿y si le dice a Jennie-unnie? ¡Le dirá a Hye-noona y ella le dirá a Hobi, Kook, Moon y a Minjae! - exclamó, mezclando el miedo y la preocupación en su aroma.
Y aunque la situación era preocupante para Vante, a Yoongi se le hizo tan tierna su reacción que no pudo evitar soltar una carcajada.
Sintió la mirada fija del menor sobre él, y se sonrojó por su imprudencia, pero no espero recibir una sonrisa devuelta.
-Me gusta tu sonrisa, aunque aparezca porque te estés burlando de mí. - escuchó, y su rostro tomó un fuerte color rosado debido a la vergüenza. Vante hizo una mueca ante su propia broma.
Su alfa aullaba gustoso por las emociones que Vante provocaba en él, mientras Yoongi quería meterse debajo de la camilla con tal de no ser visto por aquellos ojos mieles intensos que parecían estudiarlo.
-Y-yo... gracias. - dijo, evitando la mirada del otro, y fingiendo que no escuchó la suave carcajada del menor. - Sobre lo del señor Kim, no debes preocuparte. Le conté también de nuestro acuerdo y no parece tener intención alguna de decir algo, puedo decirle que no lo haga apenas lo vea, si te hace sentir más tranquilo.
El omega asintió con rapidez.
Se sonrieron mutuamente, finalmente teniendo la valentía de mantener la vista fija en el otro, sin apartarla por temor o vergüenza.
Las mejillas del omega tenían un delicado color rosa, mientras sus ojos, detrás de aquellos enormes lentes, parecían relucir.
No sabía qué pasaría ahora, pero de lo único que Yoongi tenía certeza, era del amor que empezaba a desarrollar por el omega de cabellos rizados.
Y eso le encantaba y lo aterraba a partes iguales.
2/3 👀
Editado 03/08/24
ESTÁS LEYENDO
Conocidos •YoonTae•
FanficA veces el destino podía ser injusto y cruel, juntándote con personas que pueden alegrar tu vida tanto como arruinarla. Ellos no podían terminar de aceptar que el mundo decidiera juntarlos en los peores momentos de su vida. Estaban destinados a esta...