-¡Vante!
El alfa gritó desesperado, observando el cuerpo del omega desaparecer escaleras abajo.
Suspiró frustrado, consolar a ese omega era lo más estresante que había hecho en su vida.
Se adentró a la casa, asegurándose de agarrar las que supuso eran las llaves del castaño, y sin pensarlo mucho bajo corriendo tras de él.
Lo encontró sentado enfrente del edificio, seguramente esperándolo.
-Lo siento. Necesitaba salir.
El alfa asintió, sentándose a su lado.
Estuvieron en silencio varios minutos, viendo el cielo estrellado sobre sus cabezas.
La luna parecía esconderse, dándoles poca iluminación, pero tenía la luz suficiente para darles una hermosa vista.
A su lado escuchó leves sollozos. Vante lloraba mirando el cielo, y aunque la imagen era desgarradora, a su vez era hermosa.
Arrimó su cuerpo al del contrario, buscando la mano del menor.
-Todo estará bien.
Al decir eso, obtuvo la atención del omega, y decir que no se sintió avergonzado sería mentir.
El omega seguía llorando, probablemente con más ganas debido a sus palabras, pero aún así le obsequió una sonrisa.
Estaba dolido, y su sonrisa lo demostraba, pero Yoongi podía sentir la fuerza del menor en cada pequeña acción.
No sé conocían, pero habían aprendido a leerse ligeramente. Por esa razón, Yoongi estaba seguro de que después de esa noche, el omega se esforzaría en superar aquello que lo tenía así.
El frío empezó a hacerse notar, obligando a los jóvenes destinados a entrar de nuevo. O eso era lo que debían hacer.
Grande fue la sorpresa del omega cuando el alfa colocó su chaqueta encima de sus hombros y agarró su mano, llevándolo lejos de su apartamento.
El peligris caminaba en silencio, sosteniendo con fuerza y delicadeza la mano ajena que simplemente se dejaba llevar.
-¿Te gustan los parques? - preguntó, volteando a ver al menor.
Cuando el omega asintió, Yoongi se sintió tranquilo, quizás su idea de último momento podría gustarle.
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Editado 03/08/24
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Conocidos •YoonTae•
FanfictionA veces el destino podía ser injusto y cruel, juntándote con personas que pueden alegrar tu vida tanto como arruinarla. Ellos no podían terminar de aceptar que el mundo decidiera juntarlos en los peores momentos de su vida. Estaban destinados a esta...