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Yoongi se esperaba cualquier cosa, menos el tener que cargar al joven omega y acostarlo en su habitación.

Al parecer, la ligera discusión había alterado al omega, quién de por si estaba débil debido al resfriado. Eso, sumándole que el alfa azabache había dejado gran rastro de su olor debido a su furia, mareando al castaño que casi cae al suelo de no ser por los reflejos del alfa peligris.

La casa del omega era pequeña pero cálida. Tenía varios cuadros de imágenes hermosas, como atardeceres o retratos familiares.

Al entrar en la habitación, pudo sentir el olor del menor inundarlo.

Yoongi no era amante de las flores, pero al sentir la mezcla de lavanda y manzanilla entrar en sus fosas nasales, no pudo evitar suspirar encantado por lo relajante que le resultaba el aroma. Su lobo estaba más que feliz al sentirse rodeado del olor del omega, y Yoongi no estaba para nada molesto de llenarse del mismo.

-L-lo siento, sigo un poco débil por el resfriado.

La voz grave del castaño aún lo sorprendía, no era común en un omega el tener un tono de voz así, solían tener voz delicada y aguda, Jimin era ejemplo de eso, pero no le desagradaba para nada.

Sonrió internamente al pensar que su destinado rompía con los estándares de cómo debía ser un omega.

-Está bien, es normal. Duramos mucho tiempo bajo la lluvia, yo también estuve algo enfermo.

Observó en silencio las reacciones del omega, tratando de hablar de forma relajada para no ser brusco. Jimin siempre le decía que era un bruto al expresarse.

El silencio reinó rápidamente, tiempo que aprovechó para observar a su destinado.

El omega castaño era sin duda un hombre hermoso. Sus facciones definidas y delicadas lo hacían tener un aire angelical, mientras que su mirada transmitía fiereza. Era más alto que él, y su contextura no era parecida a la de un omega común.

Sin embargo, Yoongi podía asegurar que era el ser más precioso que había contemplado en su vida.

Supuso que había quedado embelesado viéndolo, ya que el omega le llamó un poco fuerte queriendo tener finalmente su atención.

-Lo siento, ¿dijiste algo?

El omega le dio una pequeña sonrisa.

-Pregunté si has pensado sobre lo que haremos ahora.

La tensión se notó apenas el omega mencionó aquello.

-¿Tú lo pensaste? -preguntó devuelta, obteniendo un asentimiento del contrario. - Bien, ¿qué es lo que tú quieres hacer?

El omega pareció sorprenderse, pero eso no evitó que respondiera veloz.

-No quiero romper el lazo.

-Honestamente, yo tampoco.

Su respuesta pareció aliviar al joven, pues los nervios que notó segundos antes parecían haberse esfumado.

-Pero, tampoco estoy seguro de querer que nos unamos de una vez. - completó, queriendo terminar su punto de vista

-Yo... tampoco me siento listo para eso, aún.

Escuchó del castaño. Sonrió al ver que pensaban relativamente igual.

-¿Qué crees que deberíamos hacer?

-Tal vez tomarnos un tiempo.

Sus miradas chocaron, sonriendo cómplices al ver que efectivamente pensaban lo mismo.

-Iba a decir lo mismo. Tal vez sea lo mejor. Yo no estoy listo para unirme por completo a... ti. Y por lo que pasamos el otro día, supongo que tú también necesitas recuperarte.

El omega asintió a sus palabras.

-Podríamos tener un tiempo límite.

Yoongi lo observó curioso.

-E-es decir, un tiempo estimado para mejorar. Según sé no podemos alargar mucho esto, ya que podría lastimar a nuestros lobos.

El alfa asintió, incitando a que continuara.

-A-además ahora que nuestros lobos se reconocieron querrán estar juntos, en especial en algún momento en que estemos en problemas.

-Claro, por la conexión que tienen, en caso de que eso pasara tu lobo buscaría protección en el mío y...

-Y el tuyo tranquilidad en el mío. - completó el de lentes.

-¿Cuánto tiempo?

-N-no lo sé ¿un par de meses?

El alfa pensó, sabiendo que el omega buscaba que la respuesta segura la diera él.

-¿6 meses? La mitad de un año debería ser suficiente.

-Pero en caso de algún problema...

-Te daré mi dirección y número. Puedes llamarme en caso de que necesites ayuda, o ir a verme si es muy urgente.

El omega asintió, sintiéndose más relajado. Todo estaba siendo relativamente rápido.

-Solo tengo una condición. - dijo, observando cómo el castaño lo miraba atento. - No podemos contactarnos en nuestros celos.

Quiso reír al ver la expresión del menor, quién se sonrojo fuertemente.

-B-bien. Yo tengo otra.

Ahora fue su turno de mirar atento al contrario.

-Solo debemos vernos en casos de emergencia, y... hasta que no estemos completamente seguros, no anunciemos que somos destinados.

Lo último lo tomó por sorpresa, pero el peligris sabía que aquello no era descabellado.

Asintió, de acuerdo con el omega.

Ya habían aclarado las reglas, ahora les tocaba seguirlas al pie de la letra.

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Editado 02/08/24

Conocidos •YoonTae•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora